El santoral católico recuerda hoy lunes 18 de septiembre a Santa Sofía, una mártir cristiana venerada por su valentía en defensa de la fe en el siglo II. Santa Sofía vivió en la ciudad de Milán, Italia, y enfrentó persecuciones debido a su fe cristiana en un momento en que el cristianismo era perseguido en el Imperio Romano. Se mantuvo firme en su creencia y sufrió el martirio por negarse a renunciar a Cristo.
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Este 18 de septiembre, el santoral también homenajea a San José de Cupertino, un sacerdote franciscano conocido por su humildad y sus dones espirituales extraordinarios. San José de Cupertino vivió en el siglo XVII en Italia y se destacó por sus éxtasis religiosos y sus habilidades para levitar durante la oración. A pesar de su aparente simplicidad, fue considerado un santo y un ejemplo de vida piadosa.
Ambos, Santa Sofía y San José de Cupertino, representan diferentes aspectos del testimonio cristiano: la valentía en la adversidad y la humildad en la vida cotidiana. En este 18 de septiembre, recordamos y honramos a estos santos cuyas vidas y virtudes siguen siendo una fuente de inspiración y devoción en la Iglesia Católica.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Se venera a los santos como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.