El Auditorio de Zaragoza, el Iaacc Pablo Serrano, la restauración del Teatro Principal o el pabellón de Aragón en la Expo de Sevilla 1992. Edificios emblemáticos de los más diversos estilos que, aparentemente, podría parecer que no tienen nada en común. Nada, a excepción de quién los firma. Este jueves Zaragoza, y todo Aragón, lloran la pérdida del arquitecto José Manuel Pérez Latorre, que ha fallecido a los 76 años de edad. Estudió arquitectura en Barcelona, pero volvió a su Zaragoza natal para dejar una impronta en forma de edificios emblemáticos.
Zaragoza está salpicada del legado del arquitecto, desde el Museo del Foro de Caesaraugusta hasta el hotel Reino de Aragón, el Cubo de ónix de La Seo o la sede de la CAI de Isabel La Católica. También la ampliación de la sede de la CHE o la rehabilitación de la antigua fábrica de La Zaragozana o El Plata. Actualmente, Pérez Latorre se encontraba trabajando en la ampliación de la Cámara de Comercio de Zaragoza.
A él también se le atribuye la modernización de los Laboratorios Verkos y proyectos como la consolidación del apeo general de la Catedral de Tarazona, el Palacio de Montcada o la iglesia de Santa Cruz de la Serós. También hizo su aportación en diferentes proyectos como el parque del Barrio Oliver, la plaza José Sinúes o en planes como el Plan Lineal del Río Huerva; el Plan Especial de ordenación del canal Imperial o el Plan Especial de Feria de Zaragoza.
«Uno de los grandes. Como arquitecto ha legado grandes obras que acompañarán a los zaragozanos y aragoneses para siempre. Especialmente quiero destacar el Iaacc Pablo Serrano y el Auditorio de Zaragoza. Son obras que configuran el paisaje cotidiano de todos los aragoneses pero quizás alguno de los espacios más importantes. Quiero destacar la plaza del Pilar que representa, quizás, el lugar más emblemático de Aragón. Nos sumamos al dolor de la familia», ha lamentado este jueves el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Pedro Olloqui, en la presentación de una exposición.