La cuenca del Ebro ha mejorado ligeramente su situación de sequía en las últimas semanas, aunque el 11% de la zona continúa en situación de emergencia y el 41%, en alerta. Estos valores indican que hay que continuar manteniendo medidas de restricción y ahorro hasta que llueva, haya un cambio claro en la evolución de los recursos disponibles y se alcance la normalidad.
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Ante ello, la Confederación Hidrográfica del Ebro celebra este martes la cuarta Comisión Permanente de la Sequía de la cuenca del Ebro. En esta reunión se va a realizar un diagnóstico de la situación actual frente a la sequía, se presentarán las medidas que están en marcha y se dará a conocer el índice y primera propuesta de contenidos del “Informe de la sequía 2023 (año hidrológico 2022-2023)”. Es ahora cuando se inicia la elaboración de este informe, que concluirá cuando termine la situación de sequía en la que aún nos encontramos.

El informe caracterizará esta sequía haciendo hincapié en la evolución de los indicadores de sequía y escasez, en los impactos sociales, económicos y ambientales y en las medidas adoptadas. Finalmente, y a partir de la experiencia adquirida, se harán propuestas de mejora para una mayor capacidad de respuesta en las futuras sequías. Este informe contará con el seguimiento y apoyo de la Comisión Permanente de la Sequía de la demarcación hidrográfica del Ebro.
Durante el verano se ha mantenido una gestión eficiente del recurso, que ha supuesto la aplicación de reducciones en el uso de agua de riego en aquellas cuencas que estaban en situación de emergencia o de alerta. Además, se han continuado los trabajos de seguimiento ambiental, especialmente el relativo al cumplimiento de los caudales ecológicos, la vigilancia del dominio público hidráulico y la atención especial al delta del Ebro.