Hace 100 años, Zaragoza se engalanaba para recibir la visita de uno de los científicos más importantes de la historia. El artífice de la teoría de la relatividad, el efecto fotoeléctrico y el movimiento browniano, entre otras aportaciones, celebraba su 44 cumpleaños en la ciudad. Hoy celebraba unos cuantos más en la escalinata del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza ante las atónitas miradas de los que pasaban por allí y veían al mismísimo Einstein vivito y coleando. Él le quitaba importancia y haciendo gala de su curiosidad se interesaba por ese aparato que de repente había aparecido en su bolsillo y cuya pantalla se iluminaba si la tocabas. La ocasión merecía que el científico en persona estuviese allí pues este viernes se celebraba la Noche de la Investigación en las tres capitales aragonesas sumándose así a 400 ciudades de toda Europa.

Emulando al popular «Saber y ganar» Einstein lanzaba preguntas a sus invitados, con el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, y la directora general de Ciencia e Investigación del Gobierno de Aragón, Pilar Gayán, entre otros, al tiempo que les hacía una interesante visita guiada por el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. «¿Alguien sabe cuántos ladrillos tiene este mismo edificio?», preguntaba el científico. Ante el silencio como respuesta, el alemán demostraba que también gozaba de buena memoria: «Concretamente 7.175.000 ladrillos. ¿No es sorprendente que alguien los haya contado»?
Los pasillos del Paraninfo se han llenado de pequeños, y no tan pequeños, aspirantes a investigadores y científicos con la Feria de la Investigación. Allí han podido disfrutar de diferentes talleres en los que aprender de una manera lúdica y cercana acerca de las partículas y la radioactividad, de la nanotecnología e incluso saborear un poliedro comestible. Chema Rueda, técnico del Instituto BIFI, enseñaba a los curiosos el apasionante mundo de la computación.
«Estamos utilizando el chat GPT para poder acercar a toda la ciudadanía cómo funciona un superordenador y qué beneficios tiene esta tecnología para poder investigar y obtener nuevos fármacos, predecir temas meteorológicos o poder tomar decisiones mucho más informadas», contaba Rueda. Unos metros más allá, Clara Castellano, del Departamento de Ciencias Agrarias y Medio Natural de Unizar mostraba a dos pequeños cómo evoluciona la vegetación y los saltamontes y las arañas haciendo una divertida actividad sobre cómo cazar artrópodos en el campo.
Esta Noche de la Investigación incluía otras rutas científicas, así como un café con las once científicas protagonistas de la exitosa campaña «Soy Científica. Vivo en tu barrio», y un hackathon sobre ciberseguridad. Además, los más pequeños han podido participar otro año más en una investigación en curso, al entregar sus dientes de leche al ratoncito Pérez y colaborar en la realización de estudios en el ámbito paleoantropológico y forense del Centro Nacional sobre la Evolución Humana.