El santoral católico recuerda hoy, domingo 1 de octubre, a Santa Teresa del Niño Jesús, una figura destacada en la historia de la Iglesia. Nacida en Alençon, Francia, en 1873, Teresa Martin ingresó al convento carmelita a una edad temprana y tomó el nombre religioso de Teresa del Niño Jesús. A lo largo de su vida, esta santa carmelita vivió una espiritualidad centrada en la sencillez y la humildad, conocida como «la pequeña vía», que enseñaba que cualquier acción, por pequeña que fuera, podía ser una ofrenda de amor a Dios.

Santa Teresa del Niño Jesús es venerada por su profundo amor y devoción al Niño Jesús. Su autobiografía, «Historia de un alma», revela su corazón apasionado por Dios y su deseo de ser una pequeña flor en el jardín de Dios. A pesar de vivir una vida corta, murió a los 24 años, su impacto es duradero, y en 1997, el Papa Juan Pablo II la proclamó Doctora de la Iglesia, reconociendo su sabiduría espiritual y su influencia en la teología católica.

Santa Teresa del Niño Jesús también es conocida como la Patrona de las Misiones debido a su profundo deseo de ser misionera, a pesar de su salud frágil. A menudo se le representa con rosas, que simbolizan los actos de amor ofrecidos a Dios. Su vida y enseñanzas continúan inspirando a personas de todo el mundo a buscar la santidad a través de la simplicidad y la confianza en la misericordia de Dios.

¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?

La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Se venera a los santos como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.

Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.

LO MÁS VISTO

TE PUEDE INTERESAR