Procedente de La Almunia de Doña Godina, María Romeo se define más dulce que el resto. Y no, no es ningún intento de echarse flores por su bondad, sino porque es diabética tipo I desde los siete años. Ahora tiene 23, y tras una vida marcada por “la enfermedad silenciosa”, María ha construido una comunidad en TikTok con más de 175 mil seguidores, donde comparte las anécdotas de su día a día, como qué come en un día siendo diabética o cómo cambiar un catéter tras arrancarlo por accidente con una puerta.
Acompañada de su fiel bomba de insulina, que le marca en tiempo real el nivel de azúcar en sangre, María cuenta que su “debut diabético” fue “de película”: “Mis padres vieron comportamientos raros en mí porque comía mucho y adelgazaba, bebía mucha agua y me hacía pis en la cama. Me hicieron pruebas y en un análisis de orina salió el azúcar tan alto que me tuvieron que recoger de una excursión con el colegio para llevarme al médico y luego al Hospital Infantil. Mis padres lo recuerdan como en las escenas en las que hay una urgencia y te pasan corriendo a la consulta”.

DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES INFANTO-JUVENIL
Fue entonces cuando llegó el diagnóstico de la diabetes infanto-juvenil, una afección que aparece en edades tempranas cuando el páncreas no produce insulina y que implicó que María tuviese llevar un nuevo estilo de vida. “Para la diabetes no es solo no comer azúcar, pincharte y ya está. Afecta a muchas cosas. Yo tenía que hacer reglas de tres para contar los carbohidratos que comía en cada comida, pesarlo con una báscula, iba siempre con ella, y no comíamos nunca fuera de casa”. Con esta nueva situación, la almuniense tuvo que aprender también a pincharse insulina y, alrededor de los ocho años, ya sabía hacerlo sola.
Cuenta también María que sobrellevar esta enfermedad no habría sido posible sin el apoyo de su familia, quienes la ayudaron a ver la situación de una manera positiva. Actualmente, vive en Madrid con su hermana mayor, Clara, quien fue y sigue siendo un apoyo incondicional, ya que “desde los nueve años, ella sabe perfectamente lo que tiene que hacer si se da la situación en la que yo no puedo valerme por mí misma”.
EL SALTO A TIKTOK
María explica que tuvo una juventud como la de cualquier otra persona, más allá de las típicas anécdotas de adolescencia por no beber alcohol y tener que luchar con los bolsos pequeños por tener que llevar repuestos de insulina y de agujas a todas partes. No ha sido hasta que se ha abierto un perfil público en TikTok cuando se ha dado cuenta de que ella no tiene una vida como la de los demás.
“La diabetes era algo que estaba ahí, pero ahora con las redes es cuando me he dado cuenta de que no tengo una vida normal como una persona que no tiene una enfermedad crónica. Esto ha sido por los comentarios de la gente y porque ahora me fijo más en mi día a día en todo lo que hago por la diabetes porque lo grabo. Al final siento que yo soy un apoyo para algunas personas y ellos también lo son para mí”, comenta.

Fue su hermana la que la alentó a abrirse un perfil público en esta red social para narrar su historia, y desde que su primer vídeo se hizo viral con más de tres millones de visualizaciones, la almuniense no ha parado de recibir comentarios positivos alentando a que siguiese creando contenido.
También han llegado muchas dudas y preguntas sobre la enfermedad. La más habitual es “¿cómo tan joven y tan delgada tiene diabetes?”, y es que señala que al final, “la diabetes es una enfermedad que, aunque la conozca todo el mundo, nadie sabe realmente lo que es hasta que lo vive”. Habitualmente se confunde con la diabetes tipo II, en la que hay una resistencia a la insulina y que suele salir en edades más avanzadas. Su tratamiento se fundamenta en la alimentación y el deporte, pero si no funciona, hay que incorporar pastillas y, posteriormente, insulina. “Por eso a mí me gusta hacer vídeos. Para seguir informando y para que la gente comprenda qué es esta enfermedad”, justifica.
María comprende la diabetes como “una compañera de vida y no como un obstáculo”. Es por ello que ha conseguido todo lo que se ha propuesto en su joven vida, como graduarse en Enfermería, una especialidad que le llamaba la atención desde pequeña al estar tanto tiempo en hospitales y tener una personalidad empática. Y a pesar de que todos los días no puedan ser soleados, María intenta tomarse su enfermedad con positividad y mucha paciencia: “Es una enfermedad con la que se puede vivir y se puede vivir muy bien. No te limita, así que puedes hacer todo lo que te propongas”.