De cajera de un supermercado a estrella de TikTok; el humor y la autenticidad han llevado a Isabel Yuste (conocida en redes como MIssabel o @anais.yusfer) a convertirse en todo un fenómeno en redes sociales. Vive en Fuentes de Ebro y su fama llegó de una manera totalmente inesperada, aunque actualmente cuenta con más de 900 mil seguidores en TikTok y su éxito ha traspasado la barrera virtual, ya que ha tenido ocasión de colaborar con diferentes causas benéficas. Compagina las redes con su trabajo de cajera, además de con el de ser madre. Todo un ejemplo inspirador de que las cosas llegan cuando menos te lo imaginas.
PREGUNTA.- ¿Cómo empezaste en las redes sociales?
RESPUSTA.- En este mundo empecé de casualidad porque mi hija pequeña me propuso abrirme una cuenta de TikTok porque le interesaba a ella; quería tener un seguidor más.
«Empecé de casualidad porque mi hija pequeña me propuso abrirme una cuenta de TikTok porque le interesaba a ella; quería tener un seguidor más»
P.- ¿Qué tipo de contenido es el que publicas en tus redes sociales?
R.- No me considero humorista para nada, pero son vídeos de humor; yo encuentro los chistes por Internet o son situaciones cotidianas que me pasan y los plasmo ahí. Los interpreto a mi manera y suelen tratar sobre problemas entre adolescentes, conversaciones entre amigas…, hablo de maridos y estas cosas que, al final, tienen su morbillo porque son conversaciones que todos tenemos en nuestro día a día.

P.- ¿Hubo algún vídeo por el que, de repente, empezó tu éxito o ha sido algo progresivo?
R.- Fue progresivo, lo que pasa es que sí que es verdad que hubo un momento en el que, cuando los grababa con las amigas, unos cuantos se hicieron virales. El de mi marido o el del repelente, unos cuantos así, me hicieron subir de repente y sin esperarlo para nada.
P.- Eres cajera en un supermercado desde hace 19 años, ¿crees que mostrar eso hace que la gente te vea como una persona más cercana?
R.- La gente tiene la imagen equivocada de que los influencers son personas que no trabajan, que no pegan un palo al agua, que se dedican a hacer el tonto y poco más y tienen la vida resuelta. Yo soy una persona normal y corriente, una madre de familia, una ama de casa, una trabajadora fuera del hogar y me dedico en mis ratos libres “a hacer el tonto”, como dicen muchos. Pero bueno, hacer el tonto a otros tantos les ha aliviado un poco el dolor, sin ser doctora, les ha quitado un poquito la depresión, sin ser psicóloga ni psiquiatra. Cuando te llegan estos comentarios, son de agradecer y hay comentarios que me emocionan.
«No me planteo vivir de las redes. TikTok paga un euro por cada cien mil visualizaciones de vídeo»
P.- ¿Te has planteado en algún momento dejar el trabajo y dedicarte exclusivamente a las redes sociales?
R.- No, para nada. Habrá gente e influencers que sí que se dediquen al cien por cien a esto y pueden vivir de ello, y bravo por ellos, pero yo no me lo planteo. Lo que me puede suponer TikTok de beneficios al mes es mínimo. Con dos niñas adolescentes y con los gastos cotidianos que tenemos en un hogar es un pelín de ayuda para que un mes te puedas permitir algún caprichito. Pero, al menos en mi caso, no me planteo el vivir de las redes. TikTok paga un euro por cada cien mil visualizaciones de vídeo y, si te quiere dar visualizaciones, te las da y, si te quiere frenar, te frena. Es una aplicación que es muy especial.

P.- En muchos de tus videos podemos ver a tus hijas. ¿Qué piensan de esta faceta tuya de tiktoker?
R.- De momento no se avergüenzan, no ocultan, pero tampoco lo van pregonando. Son dos niñas que cuando salen por ahí y se juntan en un entorno nuevo como el instituto o en un ambiente laboral como la mayor, no es lo primero que dicen. Cuando ya se ven descubiertas porque dicen “ostras, tu cara me suena” entonces al final acaban reconociendo. Hasta el momento, no se avergüenzan y están orgullosas, aunque a mí muchas veces no me expresen ese orgullo.
P.- Has dicho alguna vez que, en ocasiones, te han llegado a pedir incluso que les contases un chiste por la calle. ¿Cómo te tomas estas cosas?
R.- Igual llegan y me ven por el trabajo o me ven por la calle y me dicen “anda tu eres Anais, yo te sigo en Instagram o en Tik Tok, cuéntame un chiste” y es como: ¡van dos y se cae el de en medio!, porque no me saldría otro. Yo no soy humorista y cuando voy a hacer algún video me reviso las cosas que tengo guardadas para ver cómo lo planteo. A veces una frase de diez segundos me cuesta memorizarla.
P.- ¿Cuántas horas dedicas a la semana a las redes sociales?
R.- Sí que es verdad que te quita mucho tiempo en casa que podrías dedicar a otras labores porque tienes que estar un poco activa, revisar comentarios, contestar o dar me gusta a los comentarios. Tienen que ver que eres una persona que está un poquito pendiente. A mí me quita tiempo y son muchos comentarios los que la gente hace, algunos buenos y otros malos. También está bien aprender de lo que te digan, tanto lo bueno como lo malo.
P.- Además de crear contenido en TikTok, gracias a tu fama, te has convertido en una personalidad reconocida en Zaragoza e imagino que te han llegado a invitar a eventos como el otro día que te pudimos ver en el mercado agroecológico. ¿Te han surgido muchas oportunidades a raíz de las redes sociales?
R.- Sale algo de publicidad remunerada y salen cositas así que son de manera altruista y tú vas a aportar tu granito de arena. El sábado pasado estaba en mi salsa porque en un supermercado vendiendo fruta es lo que llevo haciendo 19 años y me encantó. He hecho también otras cosas como ir a un evento para recaudar fondos para el síndrome de Mowat Wilson y estuve una tarde con ellos en una escuela de equitación interactuando con la gente y vendiendo los productos que tenían allí para conseguir algo de dinero.

Este sábado que viene estoy invitada también a un acto benéfico de magia a favor de la fibromialgia y aunque solo sea por los cuatro que quieran ir a verme y hacerse una foto, yo encantada de la vida.
P.- Eres un claro ejemplo de naturalidad en redes sociales, ¿Te preocupa cómo a veces las redes sociales no muestran la realidad y cómo eso ha desembocado incluso en operaciones estéticas de chicas cada vez más jóvenes?
R.- Yo no me quiero quitar años en mis vídeos y la gente me reconoce porque yo soy tal cual como salgo en los vídeos. Hay un mínimo filtro que TikTok no evita, pero yo salgo con mis pelos y sin maquillar. Sí que me preocupa que la gente tienda a cultivar en extremo la belleza de una manera que se machaquen a diario y que estén continuamente obsesionados con querer ser, o querer parecer. Complejos tiene todo el mundo, yo he tenido complejos y los seguiré teniendo y seguramente me moriré con ellos. Soy como soy y quien me quiera me tiene que querer así.