Audiencia Provincial de Zaragoza
El acusado obligaba al niño a dejarse tocar si quería beber agua o comer caramelos

La sección primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado con cuatro años de cárcel a un profesor de piano que abusó de un alumno menor. Además, se le ha inhabilitado durante siete a impartir cualquier profesión u oficio, sea retribuido o no, que implique el contacto regular con menores, así como una orden de alejamiento de 200 metros respecto a la víctima. Del mismo modo, se le impone una pena de libertad vigilada durante cinco años y una indemnización de 2.000 euros por daños morales.

Los hechos ocurrieron cuando el menor, ahora de 16 años, tenía nueve. Según relata la sentencia, el acusado, Luis Ramón L.M. español de 64 años, impartía en 2015 clases de piano a la víctima, algo que siguió haciendo hasta la pandemia, en 2020. Unas sesiones en las que el padre del niño lo llevaba a la academia y lo dejaba solo con el profesor durante varias horas, sin percatarse de lo sucedido.

Sobre el mes de mayo de 2018, relata el texto, “cuando la víctima tenía ya doce años, el alumno estaba colocado debajo del piano, el acusado lo sacó, agarrándole con una mano de cada pie, tirando de él, creyendo el menor que era un juego, y después le bajó los pantalones, y le metió la mano en el interior de los calzoncillos y le manoseó el pene con un movimiento como si le temblara la mano, aunque sin masturbarlo, tras lo cual “H” (el menor) se levantó, se subió los pantalones y el acusado continuó la clase”. Tras ese día el acusado repitió la conducta de forma habitual, tocándole los genitales una vez en casi todas las clases, tras lo cual continuaba impartiendo la clase como si nada hubiera sucedido.

El acusado también le decía si quería comer caramelos de los que le gustaban, o beber agua, se tenía que bajar los pantalones, y dejarse hacer esos tocamientos durante veinte segundos. Otras veces, cuando el alumno tocaba el piano sentado en una banqueta, el acusado se sentaba en una silla a su izquierda, se acercaba y le decía “deja de tocar”, y le metía la mano por debajo de la ropa, y le tocaba el pene sin bajarle los pantalones. Dichos hechos se repitieron de forma habitual, según los magistrados, aunque no en todas las clases al inicio o a mitad de ellas, antes de la llegada de la secretaria.

El menor, que no “comprendía su significado” de los hechos, aunque le provocaban ansiedad según la sentencia, no se lo contó a nadie. Como llevaba “tres años estancado en las clases de piano”, el propio acusado aconsejó al padre de la víctima que el niño dejara la academia, si bien continuó hasta octubre de 2020. Entonces, denunció a su padre por maltrato, no al profesor, y esto desencadenó que contara la historia a su hermano y a su madre, con la que quería irse a vivir, de acuerdo al auto judicial. Finalmente, interpuso la denuncia unos días después, que se ha saldado casi tres años más tarde con un delito de abusos sexuales.

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