La Guardia Civil, en el marco de la Operación Carcosa, ha desarticulado una organización delictiva especializada en la comisión de robos en casas habitadas. Hay nueve personas detenidas, de edades comprendidas entre los 18 y los 45 años, a los que atribuye la comisión de 62 infracciones penales en hasta diez provincias, entre ellas Teruel.
Se han esclarecido un total de 62 delitos, entre ellos 17 robos con violencia e intimidación, 17 de detención ilegal, 20 robos con fuerza en las cosas (cinco de ellos en grado de tentativa), seis de lesiones, uno de robo/hurto de uso de vehículo a motor y otro más de pertenencia a organización criminal. Estos delitos se cometieron, además de Teruel, en provincias como Albacete, Asturias, Alicante, Castellón, Cuenca, Madrid, Tarragona, Toledo o Valencia.
Se estima que esta red, desde marzo de 2018, habría obtenido un botín que las víctimas han valorado por encima de los 200.000 euros. Las investigaciones comenzaron el pasado mes de mayo de 2018, tras detectarse la comisión de varios robos en las localidades de Almansa (Albacete) y Ayora (Valencia).
Los investigadores determinaron que los robos seguían un patrón similar y se pudo identificar a varias personas, todas ellas con un amplio historial delictivo, relacionadas con otra organización criminal desarticulada en el año 2015.
Durante la fase de explotación de la operación se han realizado seis registros domiciliarios en los que se han incautado más de 40.000 euros en metálico, gran cantidad de joyas, teléfonos móviles, material informático, herramientas, electrodomésticos y prendas de vestir, todo ello procedente de los robos.
La operación continúa abierta y no se descartan más detenciones o el esclarecimiento de nuevos hechos. El operativo ha sido desarrollado de forma conjunta por las unidades de Policía Judicial de Albacete y de Requena (Valencia), además de por componentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, del Grupo Rural de Seguridad (GRS) de la Guardia Civil de Barcelona, de la Usecic de la Comandancia de Madrid, así como por efectivos del Puesto de Almazora (Castellón).
Las investigaciones han sido dirigidas por el Juzgado de Instrucción número cuatro de Requena, interviniendo también los Juzgados de Instrucción número dos de Almansa (Albacete) y número tres de Albacete.

Modus operandi
Los miembros de la banda comenzaban sus robos desplazándose a pie hasta el objetivo elegido. Así lograban permanecer ocultos hasta el mismo momento de llevar a cabo el robo.
Elegían generalmente domicilios ubicados en urbanizaciones aisladas y realizaban el asalto cuando sus moradores se encontraban en el interior, a los que no dudaban en amenazar, intimidar, retener e incluso agredir para obtener la información de los lugares donde ocultaban las joyas y otros efectos de valor.
Tras cometer el robo, los miembros de la banda abandonaban rápidamente el lugar de los hechos, desplazándose a pie a varios kilómetros. Allí permanecían ocultos durante un tiempo prudencial para seguidamente dirigirse a la “guardería”, y ocultar provisionalmente los efectos sustraídos. Después, vendían lo robado a través de establecimientos autorizados de compraventa de joyería o en el mercado ilícito.