El Seprona investiga un centro veterinario por dispensar medicamentos irregulares en Zaragoza

El centro ofrecía fórmulas magistrales asegurando ser "lo mismo" que los medicamentos recetados por veterinarios colegiados
photo_camera El centro ofrecía fórmulas magistrales asegurando ser "lo mismo" que los medicamentos recetados por veterinarios colegiados

El Seprona de la Guardia Civil de Zaragoza ha realizado una investigación a un centro veterinario de la capital aragonesa por presuntas irregularidades tanto en el suministro de productos a propietarios de animales como en la documentación que registraba estas ventas. La investigación comenzó el pasado mes de enero, después de que una clienta acudiera con una receta veterinaria oficial para obtener un producto y la clínica le ofreciera una fórmula magistral argumentándole que era exactamente lo mismo pero de menor precio.

La propietaria del perro aceptó el producto pero antes de aplicarlo se puso en contacto con su veterinario, y éste le indicó que no lo hiciese puesto que no era el fármaco que se le había prescrito. Tras esta llamada, la denunciante se personó en el consultorio para solicitar le diesen la factura o el tícket de compra, así como la receta oficial que tenía validez de tres meses, pero no se lo entregaron, comunicándole que cuando se le terminase el producto que le habían dispensado le venderían el mismo sin necesitar la receta.

Tras las labores de investigación, el Seprona pudo certificar que la clínica veterinaria que facilitó la fórmula magistral no dispensó el producto prescrito en la receta oficial expedida por el veterinario oficial, quedándose a su vez con dicha receta. En ningún momento trató al animal sobre el que le sería suministrado el medicamento, así como que no se le entregó al propietario la factura de compra, sino un albarán que no era el que debía haberse entregado.

Así mismo se comprobó que en el último año, la citada clínica veterinaria había solicitado a la farmacia que elabora las fórmulas magistrales, medicamentos veterinarios mediante la prescripción de un total de 90 recetas, pero el gerente de la clínica sólo aportó al Seprona 20 de ellas.

La normativa refiere que cuando no existan medicamentos veterinarios para una enfermedad, el veterinario podrá de forma excepcional, tratar al animal afectado con un medicamento veterinario con similar efecto terapéutico “prescripciones excepcionales por vacío terapéutico”, en este sentido, se verificó que en todos los solicitados se disponía de equivalencias en medicamentos veterinarios autorizados, por lo que no procedía la solicitud de fórmula magistral.

Respecto a la expedición de las recetas por el gerente del centro veterinario también se hallaron irregularidades, ya que en el apartado en el que debe indicarse el nombre del propietario de los animales constaba el del veterinario de dicho Centro y en otro de los apartados tampoco figuraba la identificación del animal. De todas las irregularidades detectadas el gerente del establecimiento comunicó a los investigadores que obtenía las fórmulas magistrales de esa manera para su despensa por si tenía que suministrarlas en algún caso concreto.

Por todo lo anterior el Seprona de la Guardia Civil pudo constatar que desde la clínica veterinaria se dispensó un medicamento que sustituía al prescrito en la receta oficial, contraviniendo lo dispuesto en diferente normativa. Se dispensó una fórmula magistral que supuestamente era para otro animal, sin examinar al animal enfermo. Se incumplió con la trazabilidad del medicamento “fórmula magistral”, al no existir registro de la misma. Así como otras irregularidades.

En cuanto al gerente del establecimiento también se constató la ocultación, por acción u omisión, de la documentación requerida tratándose de las 70 recetas que no fueron aportadas y que habían sido solicitadas a la farmacia que elabora las fórmulas magistrales. No se cumplimentaron correctamente los datos que deben contener las recetas normalizadas y se prescribieron fórmulas magistrales incumpliendo los requisitos legales establecidos.

Por último, por parte de la farmacia que elabora las fórmulas magistrales se verificó que tampoco se habían cumplido los requisitos legales exigidos, puesto que existían equivalentes en medicamentos y por lo tanto son esos los que debían utilizarse.