La defensa de Feher admite la muerte de Iranzo como homicidio y no como asesinato

Feher se enfrenta a su última sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Teruel // Foto: EFE
photo_camera Feher se enfrenta a su última sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Teruel // Foto: EFE

“Sean racionales, fríos y calculadores. No estén influenciados por mi presencia ni por la de ninguno”. Así ha terminado “Igor el Ruso” avisando a los miembros del jurado popular en la última sesión por el triple crimen de Andorra en diciembre de 2017. Norbert Feher vuelve al penal de Zuera a la espera de que el jurado popular reciba las calificaciones que deberán decidir su autoría en los delitos de asesinato, robo con violencia, atentado, tenencia ilícita de armas y, en tres partes de la acusación, por pertenencia a organización criminal. Las seis acusaciones particulares y la Fiscalía solicitan de forma unánime para el paramilitar serbio la pena máxima, la prisión permanente revisable. La defensa de Feher ha modificado sus calificaciones y ha admitido la muerte del ganadero José Luis Iranzo, pero no como asesinato, sino como homicidio. Sin embargo, ha mantenido que Feher actúo defendiéndose contra los dos agentes de la Guardia Civil y pide su absolución por estas dos muertes.

El abogado de Feher, Juan Martín Calvente, ha considerado que la muerte del ganadero no debería ser considerada como asesinato sino como un homicidio, algo que reduciría la pena, si el jurado lo diese por válido, de 25 a 15 años de prisión. El abogado ha basado este argumento en que las escenas del crimen “no estuvieron custodiadas” y que eso podría haber producido “una manipulación. O por arbitrio de la naturaleza o por acción humana”. Sobre la muerte del ganadero, la defensa de Feher considera que “la escena del crimen se manipuló al llevarse el cuerpo de Iranzo” y, sobre las de los guardias civiles, que “no existe la alevosía” al haberse demostrado que los agentes “tenían capacidad de defensa al estar acompañados y tener armas”.

Las acusaciones particulares, populares y Fiscalía lo tienen claro: hubo alevosía. La Fiscal, Carmen Continente, se ha reiterado en la idea de que sus víctimas no tuvieron la opción de defenderse y que, como ha ejemplificado en el caso de Iranzo, “lo mató sin más. No suponía ningún riesgo”. El abogado de la esposa e hija de Víctor Romero, Jorge Piedrafita, también ha defendido la idea de alevosía, esta vez con el caso de los guardias civiles, de los que ha dicho que no tuvieron opción de defenderse al recibir disparos en las armas, lo que les impidió su uso completo. La acusación particular de la familia Iranzo, Enrique Trebolle, ha alertado al jurado sobre “la mentira” de la cadena perpetua que tiene Feher en Italia, ya que cada 15 o 20 años tendría una revisión.

El abogado de “Igor el Ruso” también ha decidido eliminar los eximentes de miedo insuperable o percepción de la realidad de las calificaciones finales. Síntomas de la supuesta neurosis de guerra usada por la defensa como atenuante de la pena. Los cuatros especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) desmintieron tal patología y defendieron que el acusado era consciente y no tenía ninguna capacidad cognitiva afectada durante el triple crimen en Andorra en diciembre de 2017.

Las demás acusaciones han mantenido la pena máxima por los tres asesinatos solicitando prisión permanente revisable. Solo una modificación, el abogado de la familia del ganadero José Luis Iranzo, Enrique Trebolle, se ha sumado a la calificación de la Fiscalía al considerar que las muertes de los dos guardias civiles, Víctor Romero y Víctor Caballero, fueron también un delito de atentado.

“La propaganda mediática”

En sus últimas palabras, Feher ha querido resolver que “no disparó a las armas para inutilizarlas” y se ha exculpado afirmando que disparar en la oscuridad es “ciencia ficción”. También ha querido avisar al jurado que “este caso no se parece nada a lo que era al principio debido a la propaganda mediática. Ha habido muchas transformaciones”.

Feher ha concluido pidiendo a los miembros del jurado que sean “racionales, fríos y calculadores” con su veredicto, y que “no estén influenciados por su presencia ni por la de ninguno”.