La familia paterna del bebé preparó al detalle el secuestro del Monasterio de Piedra

A los tres detenidos por el secuestro de un bebé en el Monasterio de Piedra el pasado jueves se le suma la abuela paterna
Secuestro Monasterio Piedra
photo_camera Padre y abuelo paterno del bebé han ingresado en Zuera por la autoría material del secuestro

A los tres detenidos por el rapto de un bebé en el Monasterio de Piedra el pasado jueves se le suma la abuela paterna, que proporcionaría el apoyo económico para el cuidado del menor. De esta manera, son cuatro los arrestados por el secuestro: el padre y su amigo y los abuelos paternos del bebé.

Los autores materiales del secuestro, padre y abuelo, le arrebataron de forma violenta a la madre su hijo, aun teniendo en cuenta que ella está embarazada de seis meses. Según informa la Guardia Civil, el menor presentaba lesiones en la cabeza, abdomen, fémur y un hematoma en el brazo izquierdo debido al forcejeo.

CRONOLOGÍA DEL SECUESTRO

Padre y abuelo ya se encontraban en Zaragoza dos días antes del secuestro en el Monasterio de Piedra, concretamente durante las noches del 11 y el 12 de octubre. Un hecho que ha llevado a los agentes a intuir que se trataba de una operación premeditada, puesto la baja disponibilidad de alojamientos en la capital aragonesa con motivo de las Fiestas del Pilar. La madre, residente en Ibiza, publicó en redes sociales su intención de viajar a Zaragoza y fue entonces cuando el padre puso en marcha la planificación del secuestro.

El jueves 13, sobre las 18.40 horas, la madre del bebé se encontraba junto a un familiar saliendo del recinto del Monasterio de Piedra, en Nuévalos. Fue allí, en el parking, cuando los autores materiales se aproximaron a ella y tras un violento forcejeo se llevaron al menor dejando a la madre tirada en el suelo y huyendo en un vehículo ajeno a la familia que habían conseguido a propósito para el rapto.

Al tener constancia de los hechos, la Guardia Civil estableció de inmediato un amplio dispositivo de localización, mientras la madre tuvo que ser trasladada al Ernest Lluch de Calatayud para recibir atenciones médicas. Las pesquisas ubicaron a los detenidos en la localidad madrileña de Parla, un domicilio también ajeno a la familia, donde sobre las 14 horas del viernes 14 los agentes detuvieron al padre, al abuelo y al amigo de confianza, y recuperaron al bebé.

UNA OPERACIÓN PREMEDITADA

El padre, expareja de la madre del niño, se había separado recientemente de la mujer. Según informan las autoridades judiciales de Ibiza, el hombre había presentado una denuncia en verano ya que, según él, la madre le negaba las visitas al bebé prescritas en los términos del divorcio. El amigo del padre había proporcionado no solo la vivienda de Parla, sino también toda una infraestructura necesaria para ocultar a los autores de los hechos: un vehículo, un garaje, un teléfono móvil y una coartada.

De haber resultado exitoso el plan del secuestro del Monasterio de Piedra, la abuela paterna habría brindado el apoyo económico necesario para los cuidados del menor, además de contratar a un abogado de confianza que asesoraba a la familia para llevar a cabo la sustracción y aparentar una situación de legalidad. Cuando la familia aconsejó al padre llevar al bebé al médico tras las heridas provocadas en el rapto, el abogado les dijo que no lo hicieran para evitar ser descubiertos. Las fuentes informan que se llegó a poner en contacto con un pediatra para que elaborara un informe médico desfavorable sobre el menor y hacer ver que la madre no lo cuidaba correctamente.

Durante el rapto, el hermano del padre del bebé grabó un vídeo que iba a ser editado y manipulado con la finalidad de aparentar que madre y padre habían acordado una quedada para intercambiar al bebé, montando ella un espectáculo tras haberse arrepentido de dejar al niño con su padre.

Los cuatro detenidos quedaron a disposición judicial en el Juzgado de Calatayud este sábado 15 y se decretó el ingreso en Zuera del padre y el abuelo como autores materiales del secuestro. La Guardia Civil no descarta la localización de una quinta persona cuya participación habría sido necesaria en la trama familiar.