Héctor López “es incapaz de olvidar las ofensas y tiende a distorsionar las experiencias personales, culpabilizando a otras personas de lo que le ocurre”, han apuntado las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) en relación al presunto asesino en la sesión de este jueves, y han asegurado que se trata de “una persona cuya personalidad no se rige por las normas establecidas y tiene una sensibilidad excesiva a los reveses”.
Pese a todo ello, dicen, Héctor López “no sufre delirios”, así que concluyen que era consciente de lo que sucedía mientras acababa con la vida de su padre e intentaba hacerlo con la de su madre. De hecho, según han especificado los médicos forenses, la mujer podría haber sido asesinada también de no ser porque interpuso su brazo, ya que su hijo se dirigía directamente al cuello con la navaja.
El análisis forense del cadáver del padre del presunto asesino realizado por los médicos del propio IMLA expone numerosas heridas en regiones vitales, como el cuello y el tórax. El cuerpo del hombre presentaba una sección en la vena yugular izquierda, contusión hemorrágica en la arteria carótida izquierda, así como una hemorragia “masiva”. El padre de Héctor López recibió, aseguran, más de 25 navajazos en las cervicales y casi una veintena en brazos, manos y hombros.
TRASTORNO DE PERSONALIDAD PARANOIDE
Las facultativas han descrito paso a paso ante la Audiencia de Zaragoza el trastorno de la personalidad paranoide crónico del que está diagnosticado el hombre acusado de apuñalar a su padre en hasta 56 ocasiones con una navaja. Esta condición le hace “malinterpretar las acciones amistosas y afectivas como si fueran hostiles, y genera ira; esta, al final, se puede manifestar de forma agresiva, porque tiene un sentido tenaz de sus derechos personales”.
“Si camina por la calle y oye a un grupo de gente riéndose, el paciente automáticamente piensa que se están burlando de él”, han ejemplificado las psicólogas, que también han expuesto que la adicción al alcohol del presunto asesino no le ha desarrollado ningún estado de abstinencia. A pesar de todo, las doctoras sostienen que el parricida es completamente imputable de lo sucedido.
Uno de los psicólogos que ha tratado con Héctor López ha afirmado que “no vive la realidad” de la misma forma que el resto de personas, proyectando todo lo malo que le ocurre, y confundiendo los actos de afecto con hostilidad. Sin embargo, ha declarado, no se puede trazar el origen de este trastorno porque no había apenas registros clínicos del acusado: “Cuando no se tiene la consciencia de estar mal, no se acude al médico”.