22 kilos de cocaína, 7 kilos de sustancia adulterante, 6.000 euros en efectivo, dos armas en perfecto estado de uso y diversa munición. Son solo algunos de los efectos confiscados por la Policía Nacional en la conocida como Operación Sansón, que ha supuesto la incautación del mayor alijo de cocaína en la historia de la Jefatura Superior de Aragón.
Una cantidad que, dependiendo de la pureza (que desde la Nacional presuponían que iba a ser “muy alta”), podría superar los 730.000 euros de precio en el mercado. La intervención se ha saldado con la detención de cinco hombres y una mujer, de entre 29 y 54 años, como presuntos responsables de un delito de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.
La Operación Sansón nació hace ocho meses, a finales del pasado verano, tras recabar la Policía información en torno a una persona que regentaba una peluquería, “célebre entre la comunidad dominicana”, en el barrio zaragozano de Delicias. Este investigado era el cabecilla de una organización criminal que llevaba a cabo una intensa actividad de venta de cocaína en un domicilio de la calle Rocasolano. Aunque, eso sí, dicho cabecilla no presentaba antecedentes por tráfico de drogas en España.
UN VIAJE, EL DETONANTE
Tras varios meses de investigación, la Policía Nacional detectó a principios de este mes un viaje que uno de los miembros de la organización criminal hizo para abastecerse de sustancia estupefaciente y transportarla a Zaragoza. La cocaína, que procedía por vía marítima desde Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, era recogida por miembros de la organización en una localidad cercana a Barcelona para su posterior traslado, tal y como ha explicado en rueda de prensa Carlos Gracia, responsable de la Udyco.
El viaje fue realizado a bordo de un Citroën C4 Picasso, parte de una flota de vehículos preparados con “caletas” para la ocultación de la droga, las armas o el dinero. A su regreso a Zaragoza, los agentes detectaron cómo este individuo hacía entrega del coche al cabecilla de la organización, quien se dirigió a un garaje que contaba con dos trasteros, parapetados ambos con dos vehículos que impedían el acceso. Además de estos trasteros, los agentes localizaron un piso de seguridad en la calle Doctor Luis Pérez Serrano, donde ocultaban y adulteraban la sustancia estupefaciente.
DETENCIÓN E INCAUTACIONES
Por todo ello, los policías procedieron a la detención de varios miembros de la organización, incluido el cabecilla, que ofreció una violenta resistencia con el único objetivo de huir y destruir las pruebas.
Tras las detenciones, los agentes se incautaron en el mencionado piso de seguridad de 12 kilos de cocaína, sustancia adulterante, prensa mecánica para el compactado de droga, balanzas de precisión y diversos efectos para la elaboración, adulteración y distribución de la sustancia estupefaciente. En los trasteros, por su parte, confiscaron 10 kilos más de cocaína, además de prensa mecánica y sustancia adulterante. Además, la policía también logró localizar dos armas de fuego (una pistola Astra 300 y un revólver Amadeo Rossi 38 especial), ambas en perfecto estado para ser usadas, y acompañadas de diversa munición para las mismas.
Finalmente, tras registrar el narcopiso de la calle Rocasolano, detuvieron a su morador y confiscaron otros 200 gramos de cocaína, una prensa mecánica y sustancia adulterante, así como más de 5.500 euros en efectivo.
UNA "LUCHA" QUE SE "HA INTENSIFICADO" TRAS LA PANDEMIA
El comisario jefe de la Policía Judicial, Carlos Falcón, ha subrayado que “no siempre el trabajo da este resultado”, ya que, asegura, “muchas veces tenemos suerte”. En cualquier caso, el jefe superior de la Policía Nacional en Aragón, Juan Carlos Hernández, ha asegurado que la suerte “hay que buscarla”, además de mostrarse “muy contento” con el trabajo que se está llevando a cabo en la lucha contra el tráfico de estupefacientes, el cual “se ha intensificado tras la pandemia, tanto en el de gran calado como en el menudeo”.
Por último, la delegada del Gobierno en Aragón, Rosa María Serrano, se ha sumado a las felicitaciones y agradecimientos al equipo que ha llevado a buen puerto la operación, “desde el inspector jefe a los agentes de la Udyco”. Todo ello, ha concluido, para seguir haciendo de la comunidad “un territorio seguro”.
