La Audiencia Nacional acoge este martes, 4 de julio, el segundo día del juicio por el asesinato del que fuera presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad, hace 22 años. Si ayer declararon los dos etarras acusados de matar al político, hoy ha sido el turno de los testigos. Entre ellos, Borja Giménez Larraz, hijo del asesinado que acompañaba a su padre a la Romareda aquel día de partido cuando sucedió el asesinato. “Ahí es cuando identifico a la persona que asesinó a mi padre. Y que después reconozco sin lugar a dudas en la rueda de reconocimiento de París”, así es cómo el hijo de la víctima ha ratificado que Mikel Carrera, alias “Ata”, fue quien disparó a su padre por la espalda y la persona que acabó con su vida.
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Su declaración se ha realizado desde una sala contigua, por lo que no ha visto a los dos acusados, Carrera y Zaldúa. Desde allí, ha asegurado que «nos cruzamos la mirada y nos vimos perfectamente las caras», al relatar cómo se produjo el atentado. Ha rememorado que, como cada domingo, ese día se dirigía con su padre al fútbol. A los cinco minutos -ha proseguido- «un hombre apareció por detrás» y disparó contra Giménez Abad, que cayó al suelo. «Este señor le remató con un tercer disparo en la cabeza», ha asegurado.
«En ese momento, él me miró a la cara. Cuando lo remató, me siguió mirando», ha añadido. Fue en ese cruce de miradas cuando Larraz se detuvo en dos detalles: la mirada y la mandíbula del asesino. Y son precisamente estos dos rasgos los que le sirvieron, en un reconocimiento fotográfico en 2014, para identificar a una persona que presentaba características similares.
En sus declaraciones ha explicado que fue a través de la prensa como se enteró de que al que había identificado era el número uno de ETA.
De nuevo, en 2018 -y ya conociendo su identidad-, se trasladó a París, donde Carrera Sarobe «Ata» cumplía cadena perpetua, para participar en otro reconocimiento. Allí, lo volvió a identificar.
Pero Borja Jiménez Larraz no ha sido el único en testificar hoy. Antes de sus palabras, se han oído las declaraciones de otros cinco testigos presenciales del atentado, que han asegurado haber visto a una mujer y a un hombre, del que han ofrecido una descripción parecida a la del hijo.
Incluso uno de ellos ha afirmado que lo vio escapar con la pistola en la mano entre los viandantes hasta encontrarse con una mujer a la que le entregó algo, aunque no ha podido detallar que se tratase del arma homicida.
Mañana, la Audiencia Nacional será el escenario de la tercera sesión del juicio.