El Juzgado de Instrucción Número 3 de Teruel ha decretado libertad provisional con una orden de alejamiento para un sacerdote de Teruel detenido tras agredir sexualmente a una mujer que formaba parte de la parroquia y con la que habría mantenido una relación. El presunto agresor ha pasado a disposición judicial este jueves por la mañana y, tras el auto dictado, no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima ni comunicarse con ella. Se le imputa un delito de Violencia sobre la Mujer y deberá comparecer en sede judicial los días 1 y 15 de cada mes.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), el juez ha adoptado esta medida cautelar para proteger a la víctima, ya que “consta un riesgo contra su integridad física, psíquica, o su salud mental”. El instructor del caso entiende que, entre los meses de enero y junio de este año, mantuvieron una “inequívoca relación afectiva de carácter y contenido sexual”, con “posibles indicios del empleo de cierta dosis de violencia, un abuso de superioridad física o psíquica y vulnerabilidad de la víctima”.
En las declaraciones ante el juzgado, según el TSJA, el juez ha encontrado contradicciones. La mujer niega el consentimiento, no así el sacerdote. Además, el titular del juzgado ha solicitado al Instituto de Medicina Legal una valoración íntegra de la víctima y ha citado a declarar este viernes al obispo de Teruel, José Antonio Satué, y a una psicóloga.
EL OBISPADO LO SUPO A PRINCIPIOS DE JUNIO
El Obispado turolense ha emitido un comunicado como respuesta a la noticia. Al parecer, tuvieron conocimiento de los hechos denunciados por la propia mujer a principios del mes de junio. Se trata de una persona que colabora en una de las parroquias de la diócesis. “Además de acogerla y escucharla con el máximo respeto y credibilidad, se puso a su disposición, brindándole la ayuda que pudiera necesitar”, explican en el texto.
Tras varios encuentros con agresor y víctima, por separado, decidieron retirarle las responsabilidades pastorales al sacerdote. Asimismo, informan que este clérigo “ha comenzado un proceso de acompañamiento psicológico y espiritual en un centro especializado”. Finalmente, se ponen en manos de la Justicia y ofrecen su colaboración y “disponibilidad absoluta” para esclarecer lo sucedido.