Imagen de archivo de los juzgados
Sucedió durante los meses de pandemia, a los pocos días de romper su relación. Foto: Archivo

La Audiencia Provincial de Teruel ha condenado a Emilo R.R, natural de Sevilla pero residente en la ciudad turolense, a seis años de prisión por violar a su expareja en abril de 2020. Asimismo, se le ha impuesto una orden de alejamiento de al menos 300 metros respecto a la víctima durante ocho años y la imposibilidad de comunicarse con ella de forma oral, escrita o telemática, pese a que la defensa del acusado solicitó su absolución.

Los hechos se remontan a esos meses de pandemia. Según la sentencia, el 28 de abril, sobre las 19.00, el condenado acudió a la casa de su expareja, identificada como “V”, con la excusa de recoger unas pertenencias, ya que habían mantenido la relación sentimental hasta hacía pocos días. Tras tomar juntos unas copas en el salón, ella se encontró mal y se marchó a su habitación metiéndose en la cama sin cerrar la puerta, lo que Emilio R.R. aprovechó para colarse.

Fue ahí cuando el encausado, “pese a la reiterada y firme negativa” de su expareja a mantener relaciones sexuales, la inmovilizó y penetró varias veces hasta el punto de eyacular fuera, pese a los intentos de zafarse de la mujer. Como consecuencia de lo sucedido, explican los magistrados, la víctima sufrió una afectación psicológica y emocional moderada que requirió de tratamiento farmacológico por ansiedad, nervios y la imposibilidad de conciliar el sueño.

De acuerdo al texto, el acusado negó en todo momento lo sucedido y la víctima ha reiterado que, en cualquier caso, no fue consentido, como finalmente ha determinado el juez. Asimismo, la declaración de la hermana de “V” detalla que, al día siguiente, 29 de abril, se tomó quince pastillas debido a los nervios.

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