En un agujero en el suelo, escribía Santi sus críticas. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con más críticos de cine y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-callejón de la música y eso significa buena música y gin tonics […]