El centro Covid-19 de Alfambra cierra sus puertas tras mes y medio de actividad

El centro abrió sus puertas a finales del pasado mes de marzo
photo_camera El centro abrió sus puertas a finales del pasado mes de marzo

Después de un mes y medio en servicio, el centro Covid-19 de Alfambra cierra sus puertas y los últimos cuatro residentes que quedaban en él han sido trasladados esta mañana al dispositivo de Gea de Albarracín para completar su recuperación. Actualmente, los centros Covid en Aragón atienden a 106 personas y desde que abrió el primero (Yéqueda, el 23 de marzo), en ellos se han recuperado y han podido volver a sus residencias 265. Está previsto que tanto el citado de Yéqueda (La Abubilla), como los de Miralbueno, Casetas (ambos en Zaragoza), así como Gea de Albarracín, en Teruel, sigan en servicio hasta final de año para atender cualquier contingencia que pueda presentarse con motivo de pandemia de coronavirus.

Por el centro de Alfambra –que abrió sus puertas el pasado 27 de marzo- han pasado en este tiempo 63 personas, sobre todo procedentes de residencias turolenses, como Valderrobres o el Asilo de San José. El objetivo de este dispositivo, al igual que el resto de centros Covid abiertos por el Gobierno de Aragón durante la pandemia, ha sido –tal como ha recordado Michel Villalta, director provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) en Teruel- “atender a las personas de residencias, positivo en coronavirus que no requería hospitalización”. Su puesta en marcha –ha recordado Villalta- “ha permitido a las residencias de Aragón afrontar esta crisis rebajando la carga viral y asistencial en sus centros, para atajar el número de contagios y prestar la mejor atención a sus usuarios”.

Tanto para el director provincial del IASS en Teruel, como para el director del centro de Alfambra, Carlos Iglesias, el dispositivo cierra sus puertas tras haber “cumplido el objetivo” con el que se puso en servicio: atender a los pacientes, a sus familias y ayudar a las residencias. Iglesias ha destacado el esfuerzo del equipo que ha trabajado durante estos 45 días ante unas circunstancias muy difíciles.

“Es un día de sentimientos encontrados”, ha explicado Iglesias, para quien se une “por una parte, la pena por la despedida de este equipo, y por otra que el cierre de Alfambra significa que la situación mejora y que estos centros han ayudado a un número importante de personas y a sus familias, aunque todavía queda camino por recorrer”.