Los trabajadores de la Térmica cierran la planta "sin perspectivas de una transición justa"

Desde el Comité de Empresa se ha pedido la mayor rapidez posible en el inicio del desmantelamiento
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La Térmica de Endesa en Andorra ha cesado de forma definitiva su actividad este martes, en un cierre que ha llegado sin que sus trabajadores perciban cualquier perspectiva de una transición justa. Así lo ha manifestado el presidente del Comité de Empresa de la planta, Hilario Mombiela, para quien la jornada de este martes se ha vivido “con tristeza” después de cuatro décadas siendo “el pulmón económico de la zona”.

A la tristeza se ha sumado eso sí las protestas de los trabajadores y los habitantes de la zona, en unas concentraciones que para el propio Mombiela son “cada vez más reivindicativas” ante la “injusticia” que está viviendo el territorio.

El presidente del Comité ha recordado que Europa publicó las directrices sobre emisiones hace ya una década, durante la que varios gobiernos de diferente color no han sabido dar una respuesta a la zona. “Hemos estado con dos presidentes del Gobierno de Aragón, con todo el arco parlamentario, en el Senado… Todo el mundo conocía el problema que se avecinaba, hemos llegado a la fecha y no tenemos absolutamente nada”, ha lamentado Mombiela.

Sobre el futuro de los trabajadores, Mombiela se ha mostrado preocupado especialmente por los pertenecientes a las contratas. “Muchos de ellos mañana ya están en la calle”, ha explicado, dudando sobre el futuro de una zona en la que muchos de sus habitantes no podrán esperar a los prometidos trabajos en el desmantelamiento de la planta y la instalación de explotaciones sostenibles.

Un desmantelamiento para el que sigue sin haber fechas concretas de comienzo mientras el Gobierno de España ha esperado a este mismo martes, día del cese de la actividad, para autorizar el cierre de la central. Ahora, Endesa podrá comenzar a planificar el desmantelamiento, previsto según algunas estimaciones para finales de septiembre.

“Tendría que ser lo más pronto posible para garantizar una mano de obra que todavía tenemos aquí en la zona y la comarca”, ha finalizado Mombiela, preocupado por una población que, si abandona Andorra, “será muy difícil que pueda volver”.