Dicen que el amor mueve montañas y en el caso de Julius Aragón y Cathalina Natsuki también kilómetros. Concretamente algo más de 10.000, la distancia que hay entre la ciudad japonesa de Yokohama y Teruel donde hoy han contraído matrimonio bajo la mirada de los enamorados más famosos del mundo: los Amantes. A las 8.30 y en la iglesia de San Pedro, la pareja ha dado el «sí quiero» tras un largo viaje en avión. Y es que desde que se comprometieron soñaban con casarse en lo que para ellos es «el corazón de Aragón» sin importar que tuvieran que cruzarse el mundo para llegar hasta allí.
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La relación de la pareja con Aragón nace de una casualidad: el apellido de Julius. Él es nacido en Filipinas pero residente en Japón desde hace años y, además, tiene ascendencia española. Cathalina, de soltera Natsuki y de casada, Aragón, es japonesa de nacimiento pero ambos conocían muy bien la historia de los Amantes de Teruel. Por eso llevaban tiempo buscando el momento idóneo para sellar su amor «para siempre» siguiendo el ejemplo de Isabel y Diego.
En una ceremonia oficiada por el párroco de Cantavieja, Elvis Njong, la pareja se ha casado en el lugar donde descansan los restos de los Amantes con la sola presencia de sus hijas, de 11 y 12 años, que han llevado las arras y de algunos curiosos que se han acercado allí para presenciar esta boda tan especial. Después de 15 años juntos en una relación formalizada de manera civil, la pareja se ha casado por la iglesia en una ceremonia que recordarán para siempre.
Ambos se mostraban muy emocionados e ilusionados de que su momento hubiese llegado y también algo sorprendidos por la presencia de periodistas y curiosos en sus nupcias. «Estábamos buscando un momento para organizar la boda y hoy era el momento perfecto para hacerlo aquí. Así que estamos muy contentos», ha reconocido el esposo.
Y tras dar el «sí quiero», la familia ha posado junto a la escultura de Juan de Ávalos en el mausoleo de Los Amantes para inmortalizar el momento para siempre.