Opinión

“El futuro de Europa en juego”. La importancia de las Elecciones Europeas

El proyecto de integración europea ha traído paz y bienestar como nunca antes habíamos vivido los ciudadanos europeos.

Sin embargo, haber sufrido la mayor crisis económica en tiempos recientes, la difícil tarea de encajar dentro de la Unión Europea su mayor ampliación protagonizada por los países de Europa del Este y los movimientos migratorios desde África y Oriente Medio, están siendo aprovechados por sectores contrarios a la unidad de Europa, dentro y fuera del continente, para intentar socavar sus cimientos.

Ante este paisaje cabe preguntarse a dónde vamos los europeos. El debate da para mucho, pero lo que sí parece obvio es que nuestros países, aisladamente considerados, cada vez tienen menos peso político y económico. No pueden competir en solitario con las grandes potencias actuales, ni con las emergentes. Tan sólo su unidad puede facilitar que lleguen a participar en la toma de decisiones a nivel mundial.

Recordemos que gracias a nuestro común proyecto paneuropeo se está haciendo posible debatir y cooperar en grandes proyectos de investigación, de internacionalización, de políticas de igualdad con la mujer, de gestión de los flujos migratorios, de una estrategia propia en materia de defensa, de lucha contra el desempleo juvenil y contra el cambio climático, de armonización fiscal y de fomento de la movilidad dentro del continente a través de iniciativas como el programa Erasmus que tan positivo ha sido para millones de estudiantes y para enraizar el sentimiento de ciudadanía europea.

La Unión Europea no es simplemente una máquina de toma de decisiones, de financiación de políticas o de imposiciones a los Estados miembros y a los ciudadanos. Fundamentalmente, es una comunidad sostenida por valores: la paz, la democracia, la libertad, la solidaridad, la igualdad, la justicia, también fiscal, el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho están en la base del sueño de una Europa unida.

Todos los europeos, sin excepción, nos identificamos profundamente con nuestras naciones, tradiciones e historias. Son nuestras raíces, pero es urgente y de interés general avanzar juntos hacia una Europa abierta y cohesionada. En una sociedad moderna como la que vivimos, no tiene ninguna razón de ser, el continuar en un pasado autárquico que nos divide, fomenta el odio y nos hace débiles. La verdadera soberanía no reside en el poder de las leyes estatales sino en un mayor control de los acontecimientos globales para responder a las necesidades fundamentales de los ciudadanos.

Hoy, 9 de mayo, Día de Europa, queremos difundir y reconocer todo lo bueno que la Unión Europea, como expresión de concordia entre los europeos, ha traído a este gran continente en el que vivimos más de 500 millones de ciudadanos. Necesitamos más Europa. Necesitamos más ciudadanía europea y, para ello, el primer paso debe ser participar en las Elecciones del próximo 26 de mayo.