En mi último artículo en esta Tribuna, ya decía que la séptima temporada del Real Zaragoza en Segunda División (ahora Liga SmartBank) para el aficionado podía ser fantástica y no solo en lo deportivo.
En la Junta General Extraordinaria de finales de julio se aprobó, como estaba previsto, la ampliación de capital totalmente suscrita por Cesáreo Alierta y tres nuevos integrantes del consejo de administración: Luis Blasco, Juan Uguet de Resayre y Juan Forcén. Estos tres nuevos consejeros sustituyen en el organismo a Carlos Iribarren y a Fernando Rodrigo, que han abandonado sus cargos. De esta forma, el nuevo Consejo de Administración pasa de tener cinco miembros a seis.
Luis Blasco ha sido presidente de Telefónica Argentina y de Movistar y es un hombre de absoluta confianza de Alierta. Juan Uguet es sobrino del accionista mayoritario y ha sido su gestor de inversiones. Juan Forcén ya era miembro de la Fundación 2032 y accionista del Real Zaragoza. Los miembros del consejo de administración que continúan son: el presidente Christian Lapetra, Fernando Sainz de Varanda y Fernando de Yarza. Como se puede apreciar, la apuesta de Alierta por su gente de confianza es total; si ya tenía a su sobrino Fernando Sainz de Varanda, ahora incorpora a otro, Juan Uguet, y a Luis Blasco.
Estos son los primeros cambios, pero es de esperar próximos cambios en la dirección del club. Como ya comenté también, Alierta se mueve muy bien en el mundo de los negocios y ganaría más peso en la entidad para dar un paso al frente. Por esto cabe esperar más cambios en la ejecutiva del Club.
Si todo esto está sucediendo en el ámbito accionarial e institucional, en la parcela deportiva, tras ocho amistosos en la pretemporada contra adversarios sin fuste, todos de 2ª división B hacia abajo, excepto el Trofeo Carlos Lapetra con el Alavés, nos han mostrado un equipo frágil y tierno en todas las líneas. Tiene que incorporar un jugador por línea, central, mediocentro y un mediapunta para ser competitivo si queremos aspirar a algo.
Víctor Fernández, superada ya su auténtica “depresión” por la venta de Pep Biel, -que como él comentó ante los medios de comunicación, no se creía que la situación económica fuera tan mala como para traspasar al jugador- le dejó tocado porque no se cumplía lo que le habían prometido. Él estaba haciendo equipo y, por detrás, se lo iban deshaciendo. Menos mal que se recuperó y en la misma rueda de prensa anunció que “algo importante iba a pasar”. Y pronto pasó y se consumó el fichaje del japonés Kagawa. Si no el técnico, máximo baluarte, junto a la indiscutible afición zaragocista, veíamos que se derrumbaba. Los demás fichajes, Luis Suarez, Dwamena, Álex Blanco, Atienza y Vigaray son piezas válidas que pueden ayudar a componer el equipo, pero hay que hacer algún esfuerzo más y fortalecer todas las líneas, especialmente la defensa, que ha hecho aguas y que además sale con dos jugadores como Grippo y Clemente recuperándose de lesiones importantes.
Y, como siempre, lo mejor de todo, sin duda, LA AFICIÓN, que no desfallece, y a pesar de todas las desilusiones y desalientos, ahí sigue batiendo récords de ilusión, apoyo incondicional, abonados, siendo el club con más abonados de Segunda y de casi todos de Primera. Estos grandes se merecen que la temporada que comienza este próximo fin de semana sea por fin la última en Segunda División.