Opinión

Coser y no pespuntar Aragón

Para coser la herida a corazón abierto del actual y del histórico Aragón, el frente de todas las contiendas civiles, la Singer también es Zaragoza. Tampoco se quiere que lo sea (ver líderes de los partidos políticos aragoneses).

Producto de casualidades pero de la capital como rompeolas, escribí aquel Aragón de la berenjena contra o tras o vecino al del calabacín.

Hoy en el PSOE y PP manda el del calabacín, el Aragón digamos que navarro occidental. Sabemos que en el primero, no así en el segundo rentista doquier, la relación con su PSOE plurilingüe es la que no es.

En CHA suele ser el del pepino suave el único donde se tiene representación, con gotetas de muga en Cariñena. Sin embargo, Urquizu I sin Tierra –el interesantísimo ideólogo socialista alcañizano-, el comunismo aragonés, la gente de derechas desde la lengua del Delta de Tortosa pepera y muchísimo PAR, saben freír y, por consiguiente, pactar. Saben desfilar en procesión y comer mucho cerdo, disimulando con bien de espinaca y torta de alma sefardís. Les han bombardeado unos y otros, y hasta los suyos.

El frente de la Guerra Civil corta Aragón en dos mitades, insisto, la que mira a Cataluña-Valencia y gravita sobre Lérida o Pont de Suert o el Delta y todo Teruel a partir de Cella sabe hacer paella de grano suelto. El resto, grandes guisos de jarrete y mucho bacalao ajoarriero.

Que la influencia catalana avanza, digáis lo que berreéis, como nóminas agradecidas lo manifiestan los nuevos regadíos de Monegros 2 Sur en poder de quién… Ya llegan como Durruti, hasta Pina. Con ínsulas baratarias en Épila y Ejea, Twin Pig Cities.

Huesca ciudad ya quedó sentido que no puede suturar la cicatriz y dejarla limpia de dolor a la altura de la partición Barbastro-Monzón, lugares nada complementarios por motivos ideológicos. Callizo el del PAR afirmaba cuando me daba clase que era una de las claves del desarrollo económico y progresismo de mi provincia: la poca influencia de su capital, lo que ha generado fecundas cabeceras comarcales. Más bien que han tenido que espabilar ocultas, y en España o lo que sea quién resiste gana –Cela dixit y Goya fecit-.

Sí, pero no siempre fuimos ni pensemos asinas. Con Javier de Burgos hubo un intento de creación de provincia de Barbastro. Imposible, pues Huesca fue la segunda capital de Aragón después de Jaca. Y porque lo pararon los Moncasi y Carpi tamaritanos, los Torrente, los Gil de Jasa y Jordán de Urriés y demás futuros canovistas, caciques, cedistas, falangistas, costistas, de Suárez pero no, de Alianza Popular y ahora no se sabe, o no se quiere decir, en la décima generación.

En realidad la diferencia en España, lo decía una querida amiga, tampoco está en la ideología sino en los que teníamos abuelas con moño contra los que tuvieron que les iban a peinar. Republicanos hubo de derechas, quizá aquí en Aragón no…

No quiero ni pensar en esa Barbastro de 70.000 habitantes, con agua y vino, que se comportaría como el corazón de cinco comarcas. Yo la llamaría Ciudad-Azara. Demasiado ilustrado y afrancesado como para ser verdad.

Por tanto con el gatillazo de las provincias de Alcañiz y Somontano como debilidad de nuestra curva DAFO de vivir, es en Zaragoza el único punto donde confluimos el calabacín y la berenjena, en todos los sentidos y no solo ideológico. También pudiera ser que los de menos de 35 confluyeran a su bola en Oslo o Dubai por motivos personales, los de la expulsión del ¿mercado de trabajo que produce solo desempleo para los universitarios mientras todos los políticos fingen su doctorado?

Sabemos que quienes mandan en Aragón, excepto un solo partido que tiene líder urbanita pero aragonesista, viven poseídos por el consumo de una sola de sus hortalizas. No es precisamente positivo. Y la tendencia desde Madrid es la apuesta por la que menos sustancia tiene. Porque no se perdona que la que fríe con aceite que será más caro que la trufa, dorada venganza, viviera la colectivización y quede memoria histórica de la que no conviene airear, según el catastro de la bimilenaria capital.

Menos mal que como nos hemos ido casi todos a vivir a Zaragón hay tanta primera inscripción que borra usucapiones y tercerías de, siempre, mi mejor dominio. Tú oponte, oponte… Presenta testigos a que la era la usaba tu abuelo el de Toulouse… No te probarás…

¿No estará el desarrollo de Aragón voluntaria y convenientemente castrado?