Opinión

¿Seguridad vial?

Llega a mis manos un artículo sobre la apertura, en la localidad madrileña de Arroyomolinos, de una tienda física de una conocida marca de venta por Internet. Mientras los párrafos van sucediéndose, la estulticia humana se va haciendo, cada vez, más patente. Nos cuentan de personas (adultos y NIÑOS) que han pasado dos noches a la intemperie, pernoctando en sacos de dormir y “duchándose con toallitas” (sic) para poder entrar antes que nadie a la antedicha tienda y, así, conseguir los regalos que se ofrecían a los primeros visitantes.

Bajo una foto de una nutrida muchedumbre (que no hace cola para entrar a un concierto, ni a un museo sino a arramblar productos tecnológicos) se leen declaraciones de las primeras personas en entrar, mostrando su desconsuelo al haber recibido (como vencedores en la Cannae madrileña) “tan solo un móvil” (que apuesto a que no era nada barato) en vez de un ansiado patinete eléctrico. Incluso, uno de esos modernos cartagineses, desdeñaban el móvil y afirmaban que lo iban a vender pues, nuevamente, habían hecho fila para recibir el patinete. Quede para la posteridad que, dicho elemento de transporte fue entregado al octavo visitante (dicho sea de paso, me viene a la mente el título similar de una famosa película; espero que no trajera ningún Alien en su interior).

¡Ay, esos patinetes que causan furor!

Esos denominados VMP (vehículos de movilidad personal) que, de un tiempo a esta parte, nos han -literalmente- invadido y que, salvo honrosas y respetuosas excepciones, ponen en grave peligro a los peatones en las aceras y en los pasos de peatones. Paseando por las aceras de la ciudad, han sido cuatro las veces que a punto han estado de atropellarnos otros tantos patinetes, a toda velocidad. Esta misma mañana, en un trecho de 200 metros, hemos asistido atónitos a la evolución de un avezado patinador manejando la máquina (es una máquina con motor, no nos olvidemos), zigzagueando por las calles cual esquíes: primero, por la acera; después, aprovechando sendos semáforos en rojo para la circulación, dos tramos en sentido contrario para finalizar el tramo visible a nuestros ojos nuevamente por otra acera.

A veces se dice que, hasta que no haya muertos, no se tomarán cartas en el asunto. Lo malo es que ya los ha habido. Y, ya está bien. Ya hay regulación, que se tomen medidas. En lo que llevamos de año ya ha habido más incidentes que en todo 2018.

La falta de conciencia de muchos usuarios de patinetes eléctricos y bicicletas (rompo una lanza por los que sí la tienen), invadiendo las aceras, no respetando a los peatones, no respetando la circulación y sus señales pueden provocar graves incidentes. Ciclistas haciendo “eses” entre los peatones y patinadores a toda “pastilla” son ciudadanos non gratos.

Y, si no puede garantizarse la seguridad de la mayoría, que se retiren las licencias. Pongamos remedio antes de que sea demasiado tarde.