EUGENIO CALLEJA MARTÍNEZ, Experto Sociolaboral y Técnico en Prevención de Riesgos Laborales.
Las posibilidades que brinda la política, para bien y para mal, siempre han existido a lo largo de la Historia.
Hablar de injerencias políticas y, tratar de explicar, que en Aragón el pacto del cuatripartito no ha tenido injerencias políticas es mucho decir. Hoy la política – como ayer – gira sobre grandes intereses económicos – también – de los ciudadanos y, sobre todo, los lobbies que ejercen la presión, para que ciertos temas incluidos, en los programas electorales no se cumplan, convirtiendo al ser humano en un ser con el que se “trafica”, que no encuentra ni respuesta ni solución a sus problemas y a los de su familia ¿ineptitud política? Es constatable que la mediocridad se ha instalado en la política y, hasta, en ciertas relaciones interpersonales; si no cómo se puede explicar tanto fracaso y tanta dejadez. No me digan que hemos mejorado, si fuera así, ciertos problemas no estarían ocurriendo enquistados y acumulándose: la pobreza….
Decía Felipe González – en su momento – que nos encontrábamos ante la generación mejor formada, ¿en qué? Ingenierías y personal técnico. Muy importante, ¿qué falla? Si fuera cierto que la juventud está bien preparada, la revolución pacífica se hubiera transformado en un verdadero cambio social: impregnaría a todos los estamentos sociales. Un líder como Felipe González no fue capaz de desarrollar un verdadero proyecto transformador. Se volcó en lo económico y tampoco logró implementar una “revolución económica” de igualdad. Una cosa es predicar y otra dar trigo, ¿eran otros tiempos?
España, en estos comienzos del siglo XXI, debería ser un país superdesarrollado, no solo económicamente – también – en el ámbito social, y debería vivirse el respeto a las personas como un aspecto esencial de las relaciones entre los seres humanos.
Los más de 40 años de democracia tendrían que haber sido capaces de enseñarnos lo que esta representa y, sobre todo, a debatir políticamente y afrontar los verdaderos problemas de un país moderno para buscar las soluciones que la propia sociedad demanda de forma insistente.
A pesar de la enorme tensión que se vive en la Comunidad Catalana y de la violencia política e institucional ejercida por grupos organizados, la sociedad no desea la radicalidad ni extremismos…. Propugnamos el bien común en todas las dimensiones.
Hace falta, ¿podemos? No podemos con Podemos….