Opinión

Teruel, cultura y tradición

Viajar un fin de semana a Teruel es encontrarse con un abanico de posibilidades para disfrutar del arte y de la cultura. Porque la Ciudad de los Amantes no solo ha sabido conservar sus tradiciones, sino que las sigue rememorando año tras año con la celebración de eventos que atraen a los visitantes y muestran cada vez más el carácter abierto y hospitalario de sus habitantes. En estos tiempos de incertidumbre social y política, la cultura es como un soplo de aire fresco que nos ayuda a vivir el presente con un talante más optimista y una visión más cálida de la vida cotidiana, lejos de la rutina provinciana y de los fantasmas del pasado. Un pasado que debe estar asentado en tradiciones que se viven con intensidad en el presente y se proyectan con ilusión hasta el futuro. La recreación anual de la leyenda medieval de los Amantes es un botón de muestra de otras manifestaciones culturales que se escenifican en la ciudad con la participación de la mayoría de sus habitantes y la presencia de numerosos turistas del resto de España e incluso del extranjero.

Precisamente este mes de noviembre, con motivo del bicentenario del Museo del Prado, la pinacoteca nacional ha prestado al museo turolense el cuadro de Tiziano “Venus recreándose con el amor y la música”. Otro motivo más para desplazarse a la ciudad del Torico y admirar esta obra maestra del pintor italiano del Renacimiento. Un Renacimiento que está presente en la Casa de la Comunidad, antiguo palacio construido en la segunda mitad el siglo XVI, que alberga el actual Museo Provincial. Pero lo más destacado del arte turolense son sus monumentos mudéjares, declarados desde 1986 Patrimonio de la Humanidad. Pasear por el casco antiguo de la ciudad es un regalo para los sentidos y una muestra de las diversas culturas que van desde la huella medieval hasta las manifestaciones modernistas. La torre de San Martín, la del Salvador, la de San Pedro y la torre, la techumbre y el cimborrio de la catedral de Santa María de Mediavilla son una muestra de la tradición mudéjar de finales de la Edad Media. Hay que hablar también y admirar desde distintas perspectivas el Acueducto de los Arcos, construido por el Concejo de la capital en el siglo XVI, obra del ingeniero francés Quinto Pierres Vedel.

Ya en la plaza del Torico, centro turístico y cultural de la ciudad, están presentes los edificios modernistas de principios del siglo XX. Gracias a la presencia en la ciudad del arquitecto catalán Pablo Monguió, en esta época de esplendor de la burguesía local se construyen numerosos edificios de este estilo innovador. Entre ellos se conservan los denominados “Casa Ferrán”, “La Madrileña” y “El Torico”. Este otoño cultural turolense ha programado para mediados de noviembre una Semana Modernista. Es una fiesta que recupera y recrea los personajes de principios del siglo XX y revive una época de esplendor liderada por una élite intelectual. Una muestra artística de esta época es también el viaducto, proyectado por el ingeniero Fernando Hué, que enlazaba las dos partes de la ciudad. Hace unas semanas se recrearon con una fiesta los 90 años de esta obra de ingeniería.

Pero, dentro del ámbito de la cultura, no podemos dejar de lado una publicación que, desde 1983, proyecta las inquietudes intelectuales más allá de nuestras fronteras. Es la revista TURIA, la publicación cultural aragonesa de más dilatada trayectoria y que todavía goza de muy buena salud. Editada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación Provincial de Teruel y dirigida por Raúl Carlos Maícas, es una muestra ejemplar de selecta literatura y una decidida apuesta por lo cultural como un vehículo que une a los pueblos y a las generaciones más allá de ideologías y partidismos. Este mismo mes verá la luz el número 132. Todo un logro.