Opinión

Integridad

A lo largo de estas Navidades, en la televisión nos han bombardeado, como siempre, diversos anuncios que, machaconamente, insistían en adquirir los productos (aunque, según la teoría marketiniana, la Publicidad, lo único que pretende es introducir en nuestra mente la marca X para pensar en ella cuando necesitemos el producto genérico en cuestión).

De todos esos anuncios, hay uno que me ha gustado, no por el producto en cuestión sino por el mensaje. No voy a escribir su nombre, pero si menciono que el prescriptor es el Thor Hollywoodiense Chris Hemsworth, seguro que identifican dicho anuncio.

El diálogo, en una de las versiones del mismo es muy claro: “Success without Integrity means nothing”. En español del Cervantes castellano (el otro es una falacia, ya saben a qué me refiero) significa “El éxito sin integridad no significa nada”.

En la capital del Reino de la todavía España (y quiera la Virgen del Pilar que sea por siempre) esta sentencia, dicho, refrán, aseveración debería de ser observada con fidelidad y respetada.

Estamos asistiendo, desconsoladamente, a una sucesión de despropósitos a los que la mayoría del pueblo español no da crédito. Negociaciones que hace unos meses eran repetidamente infructuosas, logran el éxito en unas pocas horas.

Formaciones políticas que antaño practicaban la guerra a cuchillo con la probabilidad cierta de deshacerse mutuamente la yugular, parecen hoy hermanos de leche. Señorías que empeñan su palabra en no hacer algo, luego lo hacen (palabra poco fiable, pardiez).

Aquello que el profesor Galván dijo que lo que se promete en elecciones luego, durante la legislatura, no se cumple permanece completamente vigente.

Las negociaciones políticas para conseguir formar Gobierno son completamente democráticas. Pero, así, no; diciendo lo que el cliente/votante quiere oír y, después, hacer lo contrario por interés propio, no del país. Si durante la campaña, por activa y por pasiva se anuncia que no se va a pactar, o negociar con otro partido (independientemente del color), es de obligado cumplimiento que no se haga a posteriori pues, aquella aseveración deviene en publicidad engañosa (también hay marketing político y lo que se anuncia en campaña, no deja de ser publicidad). Y la publicidad engañosa está penada por Ley.

Estas líneas están escritas antes de la última sesión de la Investidura. Parece que habrá nuevo Gobierno de coalición. Si es así, deberán hacerlo para bien del país.

Y, como dice esa antigua fórmula ceremonial, si no lo hacen así, que Dios se lo demande. Y, si no Él, al menos lo hará el pueblo español y ese éxito del que habla el anuncio será su tumba política.