Opinión

Hacia una economía sin dinero en efectivo

Escribo este artículo en la semana decimosegunda del estado de confinamiento, en su Fase 2  y camino hacia la subnormalidad. La pandemia de la Covid-19 ha originado y generado consecuencias en diversos aspectos; algunos han emergido, otros se han desarrollado… y otros van a encontrar su punto final.

En este artículo pretendo dedicar atención a una cuestión que me resulta significativa y que hace días “me ronda por la cabeza”: el fin del dinero en efectivo. ¿No les ha ocurrido que durante este periodo de confinamiento prácticamente no han pagado con dinero en metálico? ¿Que en un alto porcentaje han pagado con tarjeta, con dinero en plástico, o con otras aplicaciones tipo Bizum? En mi caso, calculo que el 95%.

¿Consideran que es resultado de una situación transitoria, derivada de la situación del estado de alarma? ¿O que es un paso definitivo para la supresión del papel moneda? Como evidencia, comentar que los cajeros de las entidades bancarias han reducido notablemente el importe desembolsado. Concretamente los de La Caixa, un 40% menos.

He leído recientemente el libro “La verdadera historia del Club Bilderberg” y en el mismo se dedica algún capítulo al tema que solo ha servido para confirmar mi preocupación. Puede leerse:

Como puntos o aspectos positivos a favor del dinero en efectivo resalto:

  • El dinero en efectivo o en metálico, es un documento al portador, y nos otorga intimidad, anonimato y, por qué no, libertad e independencia
  • Da confianza, seguridad
  • ¿Se imaginan que todos los clientes de un banco retirasen a la vez sus saldos en cuentas y depósitos? Supondría la quiebra del banco, y si por extensión se replicase a todos, la quiebra del sistema bancario
  • En contra: Limpieza, higiene. El dinero en efectivo es transmisor de posibles contagios.

Como puntos débiles o negativos, en contra del dinero electrónico, es destacable:

  • Dificultad para incluir a determinados colectivos, personas mayores… con problemas para adaptarse a la operatoria
  • Los pagos con tarjetas suponen posibilidad de control. Pueden convertirse en un instrumento para ejercer control sobre las personas
  • En la medida que avanzan las medidas de seguridad, avanzan las técnicas de los hackers y ciberdelincuentes
  • Los gobiernos saben que para seguir la pista a la población, debe suprimirse el dinero en efectivo. Con el Ingreso Mínimo Vital se va a exigir la comprobación de las cuentas bancarias de los beneficiarios cada tres meses

Problemática importante y que da para amplio debate es lo referente a la economía sumergida. Por un lado, está el aspecto de la corrupción, muy relevante en montante; pero, por otro, están muchas familias que sobreviven gracias a los ingresos generados en efectivo. A este respecto, me surge una reflexión…una familia que no declara ingresos ¿puede acogerse al Ingreso Mínimo Vital?, ¿y otra que declara sus escasos ingresos puede ser susceptible de no poder solicitarlo y no ser beneficiario del subsidio? ¿Hubiera sido preferible poner en marcha un Trabajo Mínimo Vital?

Y otra faceta muy importante, que se suma al tema… la tecnología. Y más concretamente la inteligencia artificial y el Big Data que permitirán crear (hace años que se trabaja en la misma) la “Tarjeta Única Inteligente Multifunción”, un único documento/carnet/tarjeta/chip como quiera que lo denominen, donde se concentren todas las funcionalidades de una persona, el dinero efectivo, tarjetas, aplicaciones, documentos identificativos, referencias bancarias… toda su base de datos.

¿Este será el momento de la desaparición del dinero efectivo? ¿Y paralelamente será el momento de las criptomonedas? La Covid-19 no ha sido el momento de la criptoeconomía, posiblemente lo será en el momento en que desaparezca el dinero físico, será la nueva era de las monedas virtuales o digitales.