Opinión

Un gran acuerdo europeo para la recuperación económica

Europa tenía un gran reto, no solo para reconstruir la economía afectada por la pandemia, sino también para crear esperanzas de una sociedad desalentada y pesimista con su futuro.

El Consejo Europeo del 17-21 de julio ha aprobado un gran paquete financiero para la recuperación económica. Es un acuerdo histórico, incluso más importante para Europa y para España que el que puso en marcha en 1988 la política de cohesión integrando los Fondos Estructurales y concretado en el Tratado de Maastricht en 1992 con el Fondo de Cohesión, que supusieron no sólo un gran impulso a la integración europea, sino que también jugaron un gran papel en el desarrollo económico y social de los países europeos en su conjunto y especialmente de España.

De nuevo Alemania y España, con la decisiva colaboración de Francia e Italia, tuvieron un papel relevante en este nuevo y decisivo impulso de Europa. Al igual que hicieron en su momento Helmut Kohl y Felipe González a partir de 1988, el impulso de Ángela Merkel apartándose de los halcones para defender una respuesta común a la crisis lo cambia todo. Merkel entendió perfectamente que el mercado único -la joya de la corona de la UE- estaba en peligro y, en consecuencia, la economía de Alemania, muy dependiente del mercado interior europeo vía exportaciones. Si tus vecinos del sur entran en la bancarrota, olvídate de vender tus coches y lavadoras. Por otra parte, la opinión pública alemana entiende que la crisis es sanitaria.

Con Berlín y París en sintonía, se aceleró el acuerdo. Sin ellos, imposible. El otro factor determinante es Italia: una bomba de relojería. País fundador, tercera economía del euro, una deuda enorme y terreno fértil de euroescepticismo. Dejar caer a Italia es jugar con fuego y dejó claro que no piensa aceptar un rescate del mecanismo MEDE como Grecia. Y el Gobierno español jugó bien sus cartas: plantándose junto a Italia en el Consejo de marzo y propiciando una buena propuesta preparada por Nadia Calviño sobre deuda perpetua. En Bruselas, el documento se tomó en serio y alimentó la discusión que lleva a la propuesta Franco-Alemana: cuando hay sintonía entre Francia y Alemania en la UE, la probabilidad de llegar a acuerdos se incrementa. Esa fue la clave, la del poder real en el seno de la UE.

El nuevo fondo de Recuperación o Next Generation EU tiene como objetivo principal superar la crisis lo antes posible, impulsando la recuperación a través de la financiación de las políticas basadas en la economía verde, social, y digital.

Los recursos se repartirán fundamentalmente atendiendo a los países más afectados por la crisis provocada por la Covid-19 y supone que la Comisión Europea se endeudará por una cantidad de hasta 750.000 millones de euros para apoyar esta recuperación.

De esa cantidad:

-390.000 millones de euros serán para realizar transferencias directas a los Estados Miembros y 360.000 millones en créditos.

-Del total presupuestado, corresponden a nuestro país en torno a 140.000 millones de euros; es decir, alrededor del 11,2% del PIB de 2019, de los que 72.750 millones de euros serán en forma de transferencias directas para ejecutar entre 2020 y 2026, que deben servir para modernizar nuestra economía.

Los Fondos del nuevo Next Generation EU se canalizarán a través de dos grandes instrumentos:

Instrumento 1: facilidad de Recuperación y Resiliencia: se trata del principal instrumento del Fondo de Recuperación, que acapara hasta el 90% del total de los fondos y el 80% de las transferencias y tiene como objetivo promover reformas e inversiones que aumenten la resiliencia y el crecimiento a largo plazo de los países, en línea con las prioridades de la Unión (transiciones verde y digital, y a España le corresponden más de 59.000 millones de los 312.500 millones de transferencias, a ejecutar entre el 2020 y el 2026.

Instrumento 2: React-EU: el volumen total de este programa ascenderá a 47.500 millones. La asignación para España serán 12.400 millones de euros, destinados a hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la crisis.

Además del Fondo Next Generation, el Consejo Europeo ha aprobado el Marco Financiero Plurianual 2021-27, (MFP), que es el presupuesto plurianual general de la Unión Europea para los próximos 7 años, que estará dotado de un billón y, como los anteriores, incluye partidas esenciales para la Política Agrícola Común y la política de cohesión, de los que Aragón tiene mucho que decir, también en políticas para combatir la despoblación.

¿Cuál es el reto que tenemos por delante para aprovechar esta gran oportunidad para España y Aragón? Deberán preparar en tiempo récord un Plan Nacional deReformas y un Plan de inversiones con proyectos concretos y un periodo corto de tiempo.

El Gobierno de Aragón, estoy seguro de que ya está en ello, tendrá que trabajar intensamente con las premisas de estos instrumentos para conseguir superar nuestros grandes retos, nueva política agraria común, comunicaciones, digitalización y despoblación, aprovechando nuestras claves estratégicas.

En definitiva, nos queda ahora trabajar, de forma rápida y eficaz, para concretar y aprovechar al máximo esta gran oportunidad, para que estos nuevos e ingentes recursos puedan contribuir especialmente a asegurar la cohesión económica y social de nuestro país y de Aragón, financiando programas de creación de empleo, inversión en productos y servicios para los sistemas de salud, el capital circulante o la inversión de las pymes, inversiones en infraestructuras que proporcionen servicios básicos a los ciudadanos y medidas económicas en las zonas más afectadas por la crisis de acuerdo al espíritu de la transición ecológica y digital.