Opinión

Efemérides en la Aljafería

Pasados escasos días la fiesta de la Hispanidad, hace ahora prácticamente 551 años, conmemoramos en nuestro grupo político de las Cortes de Aragón, y en el seno del edificio de la Aljafería, la efemérides de un acontecimiento vital para la historia de España, ocurrido el 19 de octubre del año 1469. Y no es otro que el aniversario del matrimonio de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, que más adelante serían conocidos como los Reyes Católicos. Tenían la frescura y el arrojo de la juventud; 17 y 18 años, respectivamente.

No creo equivocarme al afirmar que, sin duda alguna, ambos dos fueron de los reyes más importantes de España. Su matrimonio, como es bien sabido, unió la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, que constituían los reinos más poderosos de aquella época uniendo provisionalmente, en la dinastía de los Trastámara las dos coronas y originando la Monarquía Hispánica con tanta trascendencia de timbres de Gloria resultó para la historia de nuestra nación.

Con un acertado esfuerzo y una visión amplia, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte y reconocida frente a los privilegios y prebendas que gozaban muchos nobles y eclesiásticos, consiguiendo la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad de los territorios que hoy forman España. Especial mención cabe de la conquista del Reino nazarí de Granada, del Reino de Navarra, de Canarias, de Melilla y de otras plazas africanas —exceptuando Ceuta y Olivenza que entonces pertenecían a Portugal.

El intenso reinado se caracterizó por un escrupuloso respeto personal de cada cónyuge, ya que se mantuvieron autónomas las soberanías, normas e instituciones propias de cada reino y corona. Por otra parte, el Descubrimiento de América, impulsado a partir de 1492, modificó profundamente la historia mundial y ello sin analizar la gestión exitosa en cuanto a su política exterior de expansión de los intereses hispánicos; y/o el respeto explícito en el trato dado a los indios como semejantes en dignidad, derechos y obligaciones.

La regencia de Fernando no llegaría hasta el año 1461 tras la muerte de su hermanastro Carlos de Viana, -fruto del primer matrimonio de Juan II de Aragón y Navarra- que es cuando el príncipe Fernando fue jurado como heredero en las Cortes de Calatayud de ese año. No sería hasta 1479 cuando heredó el trono de Aragón al morir su padre, el rey Juan II.

Isabel y Fernando reinaron juntos hasta la muerte de ella en 1504, y tras su paso por Zaragoza impulsarían el edificio monumental de la Aljafería, hoy sede actual de las Cortes de Aragón que previamente había sido utilizada como residencia regia por Pedro IV el Ceremonioso (1319-1387) y posteriormente se llevó a cabo la reforma en la planta principal que convirtió estas estancias en palacio de los Reyes Católicos en 1492.

Con su llegada al trono se procedió a una de las mayores transformaciones del palacio, cuya planta alta pasó a ser la principal, construyéndose la actual escalera monumental, así como su imponente gran Salón del Trono, que asombra y es objeto de admiración aun hoy en día a numerosos turistas y visitantes.

Un trocito de nuestra más importante Historia y de nuestras profundas raíces que no conviene olvidar y que rememoran tiempos pretéritos de una Hispanidad aún vigente, con pulso y latido vivo, con permanente continuidad de legado y proyecto.