Opinión

Realidad no virtual

Se entiende por realidad virtual la creada artificialmente y que permite, con el uso de nuevas tecnologías, simulaciones y la generación de nuevos entornos independientes del mundo físico en el que vivimos, generando escenarios de apariencia real.

El año 2020 ha acelerado la inmersión digital, la Covid-19 ha disparado el uso de plataformas tecnológicas y no como un plan-B, sino como una necesidad urgente. También está resultando un buen año para la realidad virtual, se está consolidando. Destaco un hecho que lo acredita, una de las mayores influencer en Instagram es un robot con tres millones de seguidores.

Pero… en este artículo no pretendo volver a escribir sobre tecnología y realidad virtual. La realidad actual, como un mal sueño, nos lleva a una triste realidad, la realidad presente no es precisamente virtual; por desgracia, es una realidad real, dura, muy dura…

De nuevo mi recuerdo para los más de 60.000 fallecidos consecuencia de la Covid-19. Por desgracia, no son virtuales, son reales. Esta misma semana, el INE reconoce que 71.000 personas más han fallecido este año que en el mismo periodo del año pasado.

La maligna pandemia Covid-19 ha generado un nuevo escenario. Un nuevo escenario donde todos los ¨actores¨ han tenido que reinterpretar su papel. La dichosa pandemia ha generado letargos, cambios sociales, se han paralizado muchos proyectos vitales, personales, empresariales e, incluso, institucionales.

Me pregunto si los administradores públicos, los políticos, las instituciones, la sociedad… son conscientes de la realidad del mundo empresarial. La situación de muchas empresas es delicada, muy delicada. Y también observo distintas realidades. El Gobierno presenta ¨su realidad¨, basada en el marketing y la propaganda, que es muy diferente a la realidad ¨real¨ de las familias, empresas, de la sociedad en general.

Mucho se habla, se dice y escribe sobre el binomio ¨salud y economía¨. Muy importante es la salud de las personas, pero no olvidemos la salud de la economía. No se puede elegir entre salud y economía. La salud no se entiende sin la economía y la economía tampoco sin tener salud. En mi opinión, no son atributos o bienes sustitutivos, son complementarios y así deben ser tratados y gestionados.

En su momento se podrá analizar la eficiencia de las medidas tomadas durante la pandemia, pero me preocupa las medidas a tomar post pandemia. Hay mucho en ¨juego¨ y muchos campos abiertos, todos muy importantes y relevantes. La interrelación que existe entre los distintos sectores hace que las decisiones no sean fáciles; por supuesto, pero por desgracia el enfrentamiento que hoy tenemos entre políticos no ayuda a la búsqueda de las mejores soluciones y recetas a aplicar.

Con este escenario, la vida continúa, nos toca resistir, seguir adelante. Y uno de los ¨actores¨ con reciente protagonismo, el Banco de Alimentos. La realidad es que la demanda y solicitud de ayudas se ha multiplicado. En esta faceta sale lo mejor de la sociedad civil, lo mejor de cada persona, su lado solidario. Resaltar un aspecto que me ha llamado la atención, un nuevo perfil de usuarios y solicitantes de ayuda, los ¨expulsados¨ del mundo laboral por no adaptarse a la digitalización.

Mencionada la sociedad civil, Huesca… ¿Nos importa a los oscenses? Ahora más que nunca deberíamos dar lo mejor de cada uno desde el aspecto sociedad. Salir de la ¨anestesia¨ en la que parece nos encontramos y trabajar, luchar por nuevos proyectos, colaborar, empujar a las entidades preocupadas por una ciudad y una provincia mejor.

Afortunadamente, estos días se está hablando mucho de vacunas contra el coronavirus, pero me temo que hasta no llegue la vacuna real, nos conformaremos con una virtual, la vacuna psicológica.