Opinión

Teruel y sus amantes

Francisco Javier Aguirre
photo_camera Francisco Javier Aguirre

Afirmaba hace poco tiempo en uno de sus artículos Daniel Gascón: “He visto el futuro de España y es Teruel”. Pronósticos así estimulan a cualquiera que mire a su alrededor, en su entorno, porque a pesar de todas las dificultades, Teruel está saliendo a flote.

Este año ha tenido la mala suerte de la pandemia, porque el mes favorito para la ciudad es febrero, con las celebraciones en torno a los Amantes. Por una parte, la iniciativa del Centro de Iniciativas Turísticas premiando a las parejas que han cumplido bodas de oro y plata, u otorgando la Medalla de los Amantes a personalidades distinguidas por sus aportaciones a la cultura turolense, como el gran músico griego Mikis Theodorakis que se encamina hacia su 96 cumpleaños, o la famosa actriz y bailarina rusa Ludmila Tcherina que interpretó en varias películas y ballets a la amada Isabel de Segura.

Y otro de los vacíos muy notables en este febrero amantista  ha sido la imposibilidad de celebrar las Bodas de Isabel, como viene haciéndose desde hace decenios. Toda una ciudad movilizada para representar la historia legendaria de Isabel y Diego, con enorme afluencia de visitantes, con participaciones destacadas de algunas figuras de relieve, con el mercado medieval que traslada la ciudad casi a sus orígenes, con la inyección económica que eso significa para todos los sectores, de la hostelería a la cultura.

Las fiestas de invierno, más solemnes y recatadas que las de verano, caracterizan a la ciudad de manera singular. Pero a grandes males, grandes remedios. Este año, las Bodas de Isabel van a poder celebrarse en todo el mundo a través de la dramatización filmada que se ha realizado y que ya circula por los medios audiovisuales. Crecerá el conocimiento y la satisfacción de quienes están lejos y por coyunturas varias no han podido nunca disfrutar de estas fiestas que popularmente se denominan ‘los medievales’, o ‘las medievales’, para no agraviar a nadie.

Somos muchos los amantes de Teruel, ciudad y provincia, a las que hemos dedicado libros, música, arte, investigaciones y esfuerzos varios. Y hablando de libros, es obligado citar el último aparecido titulado Teruel. Otra dimensión, de Juan Villalba Sebastián, con prólogo de Miguel Mena, que lleva varios meses triunfando entre los lectores por su original enfoque de la ciudad, más allá de la tópica guía turística. Mañana se presenta en Zaragoza cerrando un periplo de difusión que lo ha convertido en uno de los libros más valorados por su atinada simbiosis entre lo que es una revisión histórica bien documentada y lo que es una obra de exaltación literaria y artística de la ciudad.

Y volviendo al tema del quienes amamos a Teruel, se me disculpará que anticipe la próxima aparición de un libro de relatos que tiene a la provincia y a sus gentes como protagonistas. Ya tiene título: Tierra de silencios. Memorial turolense. Con Prólogo de Javier Sierra y Epílogo de Antón Castro, dos figuras egregias de la literatura aragonesa contemporánea. Teruel siempre en la memoria y en el sentimiento.