Opinión

Homo Deus transhumanista: ¿seremos dioses?

El concepto del Homo Deus hace referencia a un estadio del ser humano en el que ya se ha hecho dueño del planeta, a través del dominio y avances de la tecnología, por lo que puede conseguir un mundo sin plagas, pandemias y hambrunas. Es consciente de que realmente es un “dios”, con lo que también puede vencer la muerte y hacerse inmortal, sirviéndose de esta tecnología, sustituyendo las religiones tradicionales por una nueva filosofía, el dataísmo, que se somete al big data de todas las cosas y a Silicon Valley.

En este contexto de superación del concepto del ser humano como obra de Dios, se dice que, a lo largo de la historia de la humanidad, el hombre creó una “realidad intersubjetiva” que es el mundo tal cual lo hemos conocido, con sus sistemas económicos, financieros, sociales y religiosos. Debido al poderoso avance tecnológico y de los avances de la inteligencia artificial, la humanidad se encamina a una segunda revolución cognitiva.

Pero ¿de qué tipo de humanidad están hablando? Es evidente que el porcentaje de población capaz de conseguir este estadio no puede ser muy alto, y además en ello entra otro concepto, el del transhumanismo, que tiene como objetivo transformar la condición humana mediante tecnologías que mejoren sus capacidades para legar a ser un ser “posthumano”.

Esta es la filosofía que impera en determinados grupos elitistas que están diseñando este nuevo hombre en un nuevo mundo, bajo los parámetros de vida marcados por la Agenda 2030 y el Foro de Davos; este último haciendo hincapié en la necesidad de llevar a cabo el “Gran Reseteo” económico y social tras la pandemia de la Covid-19, que, entre otras cosas, tiene estudiada una variación drástica de la dieta que deberemos comer, por el bien de nuestra salud y de la madre Tierra.

En todos estos cálculos y agendas, el volumen de la población mundial sigue siendo un problema por resolver y, para ello, ya que semejantes niveles evolutivos “posthumanos” no estarían al alcance de todos en las primeras etapas, a la vez que se cuida de nuestra salud, se desarrollan y potencian políticas eugenésicas y abortistas a nivel mundial para diezmar a la población en sus porcentajes adecuados, además de los consiguientes programas de “salud”.

Entre toda esta cosmovisión y en el empeño de convertir al ser humano en “dios”, no es de extrañar que algunos recuerden el pasaje del Génesis sobre la mentira de la serpiente a Eva y la posterior expulsión, junto a Adán, del Paraíso. Cada una de estas palabras tienen una profundidad que van más allá de lo que parecen decir.

No estaría de más plantearnos, entre tanta vorágine sociopolítica y tecnológica, hacia dónde nos dirigimos como humanidad.