JAVIER MESA, Gestor Cultural.


*Discurso en agradecimiento por el nombramiento como Mantenedor de las Fiestas del Corpus 2022 en la ciudad de Daroca.

Buenas tardes. Estimadas autoridades, ciudadanos y ciudadanas, y todas aquellas personas que nos acompañan en estas fiestas de esta magnífica ciudad de Daroca. Es, para mí, un inmenso honor estar hoy aquí. Y en mi nombre y en el de todo este equipo de amigos, casi familia, que venimos organizando el Festival Internacional de Cine de Daroca desde hace diez años, os lo agradecemos profundamente.

En mi lugar quizás debía haber estado algún famoso o conocido, como en otros años. Yo no soy ni lo uno ni lo otro. Eso sí, tras más de veinte años en Daroca, os confieso que en mi vida, en esos malos momentos que a todos nos ha tocado pasar, una mitad de mi corazón se ha apoyado sobre todo en mi hijo, en mi familia, pero la otra mitad, y quienes me conocen saben que es así,  pertenece plenamente a Daroca, al Centro penitenciario y a todos vosotros. Por todo ello os doy las gracias de corazón.

De mí os puedo decir que, laboralmente, comencé a disfrutar de verdad cuando llegué a Daroca, a su Centro penitenciario, hace más de veinte años, y me hice cargo de la gestión del Área de Formación en la Escuela allí ubicada. Desde ese ámbito y contando con el apoyo incondicional de todo el Centro penitenciario y, sobretodo, con el de su entonces director, Manuel Becerril (apoyo que posteriormente continuó reforzándose con los siguientes directores, Rafael Aparicio y Ángel Salvo), nos lanzamos a explorar nuevas posibilidades, nuevos caminos, con la intención de iniciar una nueva programación cultural más amplia, diversa y atractiva. Siempre con la idea en mente de abrir la prisión al exterior, al mundo de la cultura, de mezclar el mundo de afuera con el de dentro del Centro penitenciario.

Fruto de ello, fue la creación en el año 2005 de la Revista La Oca Loca que posteriormente dio el salto a internet y que combinaba el ser una publicación altamente motivadora para provocar que los internos quisieran escribir en ella, ya que, a través de internet, llegaba al lector del exterior y a los familiares de dichos internos por lo que éstos daban lo mejor de sí mismos en cada párrafo, esforzándose al máximo; pero también era lo suficientemente atractiva como para atraer la atención de los lectores del exterior y para animar a participar en nuestro espacio virtual y físico, a todas las personas de la sociedad que estuvieran relacionadas con la cultura en su más amplio sentido.

Dentro de esta filosofía surgiría posteriormente el Taller de cine del Centro penitenciario, en el que se combinaban la realización de rodajes de cortometrajes en colaboración con Productoras aragonesas y talleres prácticos de dirección, actuación, sonido, y otros oficios técnicos del mundo del Cine, visitándonos ya por aquel entonces grandes nombres como Paula Ortiz, Nacho Rubio o Benito Rabal, entre otros.

Llegados a este punto, yo creo que si metiéramos en una coctelera estos dos proyectos: la Revista y el Taller de cine, los removiéramos un poco y les añadiéramos el ingrediente principal, o sea Daroca entera, con su Ayuntamiento y Comarca al frente, tendríamos ya nuestro cóctel favorito, es decir, nuestro Festival Internacional Online de Cine de Daroca.

Y es que Daroca siempre ha estado ahí, ayudándonos y apoyándonos. En 2005, casi recién llegado aquí, ya pude darme cuenta de la gran hospitalidad, espíritu de ayuda y amabilidad a la par que amor por la Cultura que se respiraba en esta tierra y que ha continuado acrecentándose con los años… ¿Fue entonces cuando nos conocimos, verdad Sr. Alcalde? (Me dirijo a Álvaro Blasco. Hoy alcalde, entonces concejal de Cultura).

Voy a contar ahora una anécdota de aquellos años que no me deja en muy buen lugar pero que creo os resultará divertida por los implicados:

En 2005 comenzamos en la prisión a invitar a personalidades de la Cultura en Aragón a dar charlas a los internos. Y la primera, gracias a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, fue la de José Luis Corral. Yo nervioso. Y suponía que él también…por eso de entrar en una prisión por primera vez.

Pues bien. Los hechos que, a continuación, os relataré demostrarán, a las claras y de un modo vergonzoso para mí, que quien realmente estaba nervioso por aquella visita era sólo yo.

La conferencia estaba prevista para un lunes y el domingo me encontraba en mi casa delante del espejo, contemplando con pesar mi cabellera larga y desaliñada. Las peluquerías estaban cerradas y necesitaba urgentemente un adecentamiento. Así que, ni corto ni perezoso, cogí una maquinilla eléctrica de rasurar el pelo y…ras..ras… ya os imagináis el resultado.

Al día siguiente, José Luis Corral recibió una impresión seguramente inolvidable. A la entrada de la prisión, un gestor cultural, o sea yo,  medio calvo y con todavía algún trasquilón de pelo salía a recibirle efusivamente. No sé lo que pensaría (si yo era un preso peligroso o simplemente un loco) pero no pudo evitar dar un paso atrás mirándome fijamente.

Fue sólo un breve momento, un pequeño e inevitable desliz en el comportamiento siempre templado y ejemplar de este gran Catedrático, escritor y amigo que, posteriormente, nos visitó en numerosas ocasiones.

De hecho, tan encantado quedó que, en fechas recientes, ha venido su hijo, Alejandro Corral, a presentar una de sus exitosas novelas.

Y yo, desde entonces, tengo bono permanente en la peluquería.

La otra anécdota que os voy a contar refleja el modo de ser en esta tierra y explica, plenamente, porqué llevo trabajando aquí desde hace más de veinte años… y hasta que me jubile.

Tengo borrado el año de mi memoria, pero sí recuerdo que, en una de las Galas del Festival de Cine, con el público ya sentado en sus butacas, comenzaron a fallar todos los medios técnicos audiovisuales y de sonido, uno tras otro, pese a haber funcionado todo perfectamente el día anterior. En la cabina todo eran nervios.

Y en ese momento, se nos acercaron unas cuantas personas del público, de Daroca, y viendo lo que ocurría comenzaron a arroparnos afectuosamente con frases como: “No os preocupéis”, “Va a salir genial igualmente”…y otras por el estilo.

Luego todo se arregló y volvió a funcionar perfectamente. Pero ese apoyo incondicional, esa cercanía tan afectuosa y familiar de todo Daroca hacia nosotros y el Festival, hizo que nos diéramos cuenta de lo privilegiados que somos por compartir nuestras vidas con las vuestras y hace que nos sintamos “en casa”.

Gracias de corazón por estos más de veinte años con vosotros y por los casi once del Festival. Y gracias por acompañarnos en esta memorable aventura cinematográfica que, gracias a vosotros, ha regalado a nuestras modestas vidas grandes momentos inolvidables, a los cuales se suma hoy uno más grande aún, como es disfrutar, junto a vosotros, de este grandísimo honor que nos brindáis.

Os lo agradecemos de corazón. ¡Millones de gracias!

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