JOSÉ MARÍA ARIÑO COLÁS. Doctor en Filología Hispánica.
El cine ha ido siempre de la mano de la literatura, ya que confluyen como dos espejos que reflejan con mayor o menor nitidez los cambios sociales, políticos y culturales de la década de los setenta del siglo XX. En La tercera vía del cine español, Ana Asión Suñer, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza y escritora, guía al lector por los apasionantes vericuetos del cine español de una época que abarca los últimos años del franquismo y los primeros de una frágil democracia. Su subtítulo –Espejo de un país en transición– se ajusta a la intencionalidad de este ensayo y nos abre los ojos a una etapa no tan lejana, que ha quedado grabada en imágenes y secuencias inolvidables. Este libro, publicado por Laertes Editorial, es fruto de la tesis doctoral de la autora que, además, coordina el Aula de Cine de la Universidad.
Amparo Martínez Herranz destaca en el prólogo la importancia del cine como arte y hace hincapié en “las potencialidades del Cine como otro medio con el que escribir la Historia”. La autora se pregunta en la Introducción: “¿Por qué una tercera vía del cine español?”. Las razones son evidentes: se trata de encontrar una alternativa a dos opciones prioritarias: el cine comercial y el cine de autor. Esa vía intermedia es la que elige Ana Asión como germen de una corriente progresista, liderada por José Luis Dibildos y su productora Ágata Films. En ella se refleja la huella del desarrollismo, con lo que conlleva de emigración rural a las grandes ciudades, de apertura a Europa y de tímidos cambios en la manera de vivir de los españoles como la libertad sexual. Películas como Españolas en París (1971), Vida conyugal sana (1974) o Los nuevos españoles (1974) representan un cambio de tendencia que va más allá de la comedia superficial de los años sesenta y sienta los cimientos de un cine con una carga crítica edificada sobre el humor y la ironía. Además de Dibildos, hay que valorar la aportación de algunos directores que se lanzaron al ruedo del cambio y aportaron frescura de ideas y nuevos ingredientes formales. Los más representativos fueron Roberto Bodegas y Antonio Drove. El joven José Luis Garci se incorporó pronto como guionista, Antonio Mingote aportó su dosis de humor y Carmelo Bernaola y Antón García Abril contribuyeron con un original toque musical.
Pero está claro que hablar de cine es hablar de actores, protagonistas cuyas interpretaciones quedan en la retina de los espectadores e inclinan la crítica hacia un matiz positivo o negativo. Los personajes que más aparecen en estas películas están interpretados por José Sacristán y María Luisa San José. Sacristán representaba al español medio y San José fue una de las actrices más relevantes de la década de los setenta. A estos dos actores se unieron una jovencísima Ana Belén, Amparo Muñoz y Francisco Algora. El camino de un cine diferente estaba abierto. Luego vendrían otras tendencias cercanas a la Tercera Vía como la aportación de González Sinde y Garci con la película Asignatura pendiente (1977), símbolo del desencanto de toda una generación. En esta misma década aparecerían otras fórmulas que presentarían una manera distinta de ver España. Directores como José Luis García Sánchez, Manuel Summers, Fernando Colomo o Pedro Masó llenarían las salas con un público ávido de cambios y deseoso de conocer nuevas aventuras estéticas.
El libro de Ana Asión se va a convertir en un clásico en su género. No solo por su valor documental, sino por el análisis detallado de cada una de las películas de esta década, la rica y extensa bibliografía y una guía indispensable para conocer más a fondo a los principales autores y protagonistas.