Opinión

Problemas y soluciones para la tormenta perfecta en la Apicultura

El sector apícola atraviesa un grave momento que está provocando serias dificultades financieras, pérdidas muy generalizadas y quiebras con abandono de la explotación en muchas explotaciones de apicultores profesionales en España y, más concretamente, en Aragón. Mucho nos tememos que de no tomarse medidas urgentes, persistentes e intensas, el sector se ve abocado a un 2023 todavía más dramático que el año 2022.

El sector apícola atraviesa un grave momento que está provocando serias dificultades financieras, pérdidas muy generalizadas y quiebras con abandono de la explotación en muchas explotaciones de apicultores profesionales en España y, más concretamente, en Aragón. Mucho nos tememos que de no tomarse medidas urgentes, persistentes e intensas, el sector se ve abocado a un 2023 todavía más dramático que el año 2022.

Los problemas del sector son diversos y a grandes rasgos destacan los siguientes:

-Aumento de los costes de producción, sobre todo por la subida de carburantes y la alimentación suplementaria.

-Mucha y buena producción acumulada por vender, mientras que se importan mieles de otros países como China, también Turquía, Uruguay o Ucrania, a unos precios más bajos. Por lo que el productor español tiene en ocasiones que bajar precios para ser competitivo, pudiendo incluso entrar en pérdidas no cubriendo costes.

-Reducción de la cosecha, hasta un 50 por 100, como consecuencia de la sequía. También afectan a la disminución de la cosecha las infestaciones por varroa, ácaro que ataca las colmenas.

-Asimismo la sequía, menor floración y menos insectos hace que el abejaruco consuma más abejas. El abejaruco es un ave migratoria que debe su nombre precisamente a su conexión con las abejas como gran fuente de su alimentación. En su migración llega en abril y se marcha como tarde a mediados de septiembre.

-Debilitamiento estructural de las colmenas que implica intensificar esfuerzos en recuperación que aparcan la producción de miel.

Las soluciones no son fáciles, pero hay que poner en marcha urgentemente mecanismos de ayuda directa coyunturales y otros de tipo estructural:

-Incluir a los apicultores profesionales entre los beneficiarios de subvenciones al combustible.

-Ayudas directas para competir en precios , modernizar y ampliar instalaciones para reducir costes.

-Favorecer agrupaciones con mayor tamaño empresarial.

-Alternativas eficaces frente a parásitos y depredadores como verroa y abejaruco.

-Normas de etiquetado claras y transparentes para evitar la situación actual de cierta falta de visibilización de producto marca España y en particular marca Aragón.

-Llegar a acuerdos con marcas de distribución para que no haya mayoritariamente en sus lineales marcas propias y de otras marcas con origen foráneo o mezclas con algunos orígenes extranjeros.

-Campañas institucionales en medios de comunicación para dar más visibilidad y valor a la miel española y en particular aragonesa.