Opinión

¡Madre, perdónalos, porque no saben lo que se hacen!

Desgraciadamente en este mundo, hay gente que, como popularmente se dice, confunde la velocidad con el tocino. Hemos perdido el norte con lo del Derecho a la Libertad de Expresión. En vez de emplearlo para expresar, con respeto, unas ideas, opiniones o sentimientos, es utilizado para hacer escarnio, burla, humillación, insulto, desprecio de las ideas, opiniones y sentimientos del prójimo. Se vilipendia y se arguye que se hace en virtud de una falsa Libertad de Expresión; de un falso Derecho. Un fraude de Ley, cuando no, ilegal y punible.

Desgraciadamente en este mundo, hay gente que, como popularmente se dice, confunde la velocidad con el tocino. Hemos perdido el norte con lo del Derecho a la Libertad de Expresión. En vez de emplearlo para expresar, con respeto, unas ideas, opiniones o sentimientos, es utilizado para hacer escarnio, burla, humillación, insulto, desprecio de las ideas, opiniones y sentimientos del prójimo. Se vilipendia y se arguye que se hace en virtud de una falsa Libertad de Expresión; de un falso Derecho. Un fraude de Ley, cuando no, ilegal y punible.

Y, lamentablemente, parte de ese necio error con este Derecho Fundamental, grabado a fuego en nuestra Constitución, parte de un sector que es o, más bien, pretende ser cómico (una parte deleznable del sector; no es general, gracias a Dios).

Como el caso de aquel presunto cómico, de cuyo nombre no quiero acordarme, que utilizó como moquero nuestra Enseña nacional, una Bandera defendida a lo largo de los siglos por multitud de personas, hombres y mujeres, que regaron con su sangre el suelo patrio y allende los mares en defensa de nuestras libertades, caídos en batallas, guerras y en bárbaros y despiadados ataques terroristas. Pero… no es insulto a la Bandera, sino un acto desafortunado. Hace unos días veíamos en casa un antiguo programa del añorado 1,2, 3; donde, en una de sus temporadas, recuerdo aparecía Manolo Royo con un mantra que nos viene al pelo con este ultraje a la Enseña nacional: “Y, aquí, ¡no paaaasa nada!”. ¿Lo recuerdan?

Dicen que es más fácil hacer llorar que hacer reír. Prueba es que programas realmente cómicos, de humoristas de corazón, han caído de las parrillas televisivas cotidianas para reaparecer en noches buenas o de cotillón. Es un duro trabajo el mundo de los payasos honestos, calificativo aplicado con afecto y respeto para todos aquellos que intentan hacernos felices viendo un gag y, así, olvidarnos, aunque sea por un instante, de las penalidades mundanas.

Pero hay otros payasos, en el peor sentido peyorativo del término, necios de profesión, que no tienen alma, ni profesionalidad, ni sapiencia, ni honor y confunden churras con merinas. Sí, me refiero a ese estúpido programa de TV3 en el que “entrevistan” a una presunta actriz disfrazada de la Virgen del Rocío, y que pronuncia zafiedades, con acento andaluz.

El presidente de Andalucía, lógicamente, ha protestado y exigido rectificación y disculpas a la Virgen. El director de ese programa, otro grosero pretendido humorista, ha respondido que nones. Un colaborador de ese programa escribe en Twitter que no hay que dar explicaciones a los españoles.

Y, digo yo, ¿se dan cuenta de que no sólo es un ataque a los andaluces, sino que hay españoles, y catalanes, que también se han sentido ofendidos? O, ¿qué ocurre? ¿Que los “indepes” son ateos? Y, aunque así sea, ¿tienen bula para tamaña afrenta que afecta a la mayoría de sus propios ciudadanos?

Pero, ¿qué tiene esta gentuza que no tienen otra manera de mal ganarse la vida que mofarse de los valores de la sociedad española? Y, siempre, contra lo católico.

¿No se dan cuenta de que ya no les vale el victimismo? En Europa, cuando saben de las “verdades” separatistas, se mofan y ríen de ellos. Los extranjeros, ignorantes de la cuestión catalana, cuando se enteran de aquello de que Colón es catalán, lo mismo que Américo Vespucio y Miguel de Cervantes, o de que las montañas de La Gioconda son las de Montserrat o que Da Vinci, tras visitar Cataluña, se hizo famoso pues aprendió a pintar allí, no hacen sino reírse.

Una cuestión catalana por la que, parece ser, el papa Francisco no quiere visitar España hasta que no se resuelva. ¿Habrá alguien que envíe un vídeo de ese programa a SS, para que vea lo que hacen esos supuestos desdichados? Tal vez cambie de opinión y vea cuál es, en verdad, esa “cuestión”.

Pero, vamos, da igual… aquí, ¡no paaaasa nada!