Opinión

Canal Roya: cuál es el estado de la cuestión

Este tema me fascina, es kafkiano. Parte de una base que comprende hasta mi nonagenaria madre: la de  un hombre, un voto a quien te garantice las pensiones o a favor del que parece que se mueve y hace ruido.

Este tema me fascina, es kafkiano. Parte de una base que comprende hasta mi nonagenaria madre: la de  un hombre, un voto a quien te garantice las pensiones o a favor del que parece que se mueve y hace ruido.

Porque hacer obricas da perras, se comen más menús del día, se recupera por impuestos que el dinero corra. Pero el problema de los fondos europeos de resiliencia es que se plantean: pero después qué.

Estamos oyendo de todo. Como se dice en los medios de comunicación modernos, por el juicio del FC Barcelona, la prisión provisional en galeras de Rosell o la decapitación interesada de políticos –porque mancha que algo queda- como imputados a los que sus devaneos no les han sido demostrados, lo único que importa es quién gana “la batalla de la opinión”. Luego lo que pase después… Es decir, se informan las cosas a partir de su viabilidad inmediata, exclusivamente de su rentabilidad política.

Como pirenaico no a favor de las estaciones de los valles occidentales, parto de reconocer que es fácil cuando se vive de otras mamandurrias, expresión popular despectiva.

Ahora bien, hay otras evidencias, personal de todos los pelajes y no solo urbanitas participamos en la segunda o tercera concentración más importante de la historia de Jaca. Siendo la primera la sublevación y apoyo popular al pronunciamiento los capitanes Galán y García y la segunda es anual cada primer viernes de mayo de mi capital comarcal, de que el territorio respira distinto.

He llegado a leer que incluso algunos empresarios sostienen que hasta la hostelería de la montaña se puede medir de éxito: estos 20.000 empleos que esgrimen no los discuto, importa el cómo, qué pasará si se quedan cortos, cuál es la realidad en un martes de noviembre, de mayo pero, aún peor, de julio en temporada media y sus plantillas. Porque es natural que a precios de mínimos de luz un paseo por donde no van a repostar o comprar alcohol la France fuera de temporada llegue a ser fantasmagoría.

Pero yo personalmente me movilizo porque pienso que viene todo de muy atrás, que Aragón y sus gobiernos –no reprocho la oportunidad ni que haya argumentos para algunos para pedir la ayuda- no han defendido suficientemente la vida agrícola y ganadera y llevamos  años, y no es la primera iniciativa, invirtiendo en Huesca solamente en trenes y autovías contaminantes de acceso y en remontes e instalaciones que, cuando sube mucho la luz, dan lugar a la mitad de pistas sin abrir por falta de rentabilidad.

La propia ciudad capital de Morlán o de la provincia a la que representa Garcés tiene un presunto aeropuerto y es circunvalada sin noticias de brotes blancos.

En el paisaje y cuando deshiela reinan cicatrices: las balsas para garantizar la producción artificial de nieve, ampliaciones de urbanizaciones y aparcamientos de resultado estético horrendo en el caso de Astún –la madera cara vista rincha con la nieu- hasta hoy han pasado todos los cortes medioambientales.

Pasas a Aspe y ves un precioso y disimulado edificio en madera blanquecina de haya-roble como sede de una coqueta estación de esquí de fondo. En un parque nacional que abarca de Lascún a Chistau, para que nos entendamos. En caso de ser jurado de los proyectos, a quién le concederías la subvención, consejera aragonesa y presidenta de nieus.

Qué es un PIGA me preguntó un colega montañero. Cómo contestar balbuciendo, decirle que me parece que se trata de un plan para ganar tiempo de tramitación que permite que una iniciativa de interés general, inequívoco, se instale en Aragón con puente de plata. Porque crea empleo directo e indirecto, lo que justifica que tenga una ventaja competitiva en tramitación e impositiva respecto de una pescadería o peluquería un poco complejas.

Pero es que para el necesario para desarrollar el proyecto de la unión de estaciones de las cuencas del Aragón y Gállego se ha publicado que hay informes administrativos favorables y contrarios dentro de la misma Aragonia, que por la Europa de la sequía en Alpes sur que interrumpió el pasado verano los cultivos del denominado y legendario arroz carnaroli para risottos se tiene una visión más determinista y científica y menos de huida hacia delante y amortización en pocos años, respecto a que va a dejar de nevar o lo hará mediante tormentas que se desharán por simple aumento, nadie lo dice, de la temperatura del suelo. Este verano sometido en el Pirineo axial a dos meses de sequero con máximas a más de 25 grados.

Así que falla en el proyecto hasta el apellido para que sea otorgada esta subvención: apostar por las instalaciones de la nieve más allá de mantenerlas no parece muy next sino retro, y las siguientes generations lo que tendrán que volver a pedir serán subvenciones para picar el cemento, retirar los postes y cables y que se las otorguen para desarrollar un parque de los Pirineos Sur, no solo un espacio Anayet-Partacua, para no herir con más aparcamientos ni cicatrizar otro fondo de valle nuevo.

Se suceden los anuncios y los alcaldes y hosteleros, naturalmente que dominan como clúster a los primeros, recuerdan los empleos creados. Pero hace varios años que la diputación oscense impulsora tiene un programa para poder crear algún tipo de nuevo alojamiento a alquilar a precios moderados para albergar por todo el año a esos puestos que trabajo que se invocan, mayormente y no se sacan los datos, fijos temporales con dificultades para radicarse, pagar un alquiler al precio Jaca o da igual si Broto todo el año trabajando cinco meses.

Es notorio y no sé si casualidad que se recrudezca el debate por coincidir la campaña electoral aragonesa con la necesaria aceleración de las obras para justificar la subvención. Si no, cuál es la prisa. El candidato pepero autonómico ya ha dicho que ninguna, que compromete financiación de la denominada como propia, o créditos de sociedades que tan bien le habrá salido para hacer tanta calle a cota cero –seguidor de Santisteve a su pesar- con o sin la pérfida y verde Europa…

A costa de qué, como los fondos especiales inversores de Teruel. Cuántos más ganaderos dispersos por el país tendrán que rasgar sus sábanas, bandera blanca y abandono mientras la triunfante FranciaPAC enrona de quesos artesanos las tiendas de alimentación y ferias de su sur o qué otros proyectos hubieran podido sustituir a este trago largo a beber de golpe con afección solamente en un punto de la provincia.

Esas son mis dudas y preguntas.  Si el interés general lo fuera tanto no sería así de dificultoso explicarlo, resolverlo… Ya vendrán las sentencias, cuando no se hable de Canal Roya o su especial geología la patee el mismo número de personal por año que sube al Balneario de Panticosa.

Para entonces, la batalla de opinión estará si los ciudadanos de las ciudades e industrias aragonesas beben o enfrían y si panizo y arroz se cambian por una única cosecha de ordio de primavera en los regadíos de desierto.