Opinión

Paisaje y aventura en Aliaga

Cada vez son más frecuentes las rutas y excursiones por los lugares más insospechados de este Aragón agreste, diverso y pintoresco.

Cada vez son más frecuentes las rutas y excursiones por los lugares más insospechados de este Aragón agreste, diverso y pintoresco. Aunque el Pirineo y el pre-Pirineo presentan los mayores atractivos para el amante de la naturaleza, hay una nueva ruta en las comarcas turolenses de las Cuencas Mineras y del Maestrazgo, que no tiene nada que envidiar a las de Alquézar, Panticosa o Montfalcó. Se trata del Sendero Fluvial del Guadalope, inaugurado recientemente, que une las localidades de Aliaga y de Montoro de Mezquita. Es un recorrido de 23 kilómetros que discurre junto al cauce del río, entre los términos municipales de Aliaga y Villarluengo. Se trata de uno de los proyectos turísticos más destacados en la provincia de Teruel durante los últimos años.

Este nuevo tramo se añade a la ruta de la Hoz Mala, que une Aliaga –desde el barrio de Santa Bárbara o desde la Aldehuela, donde está la antigua central térmica– con la Masía de la Tosca. Son cuatro horas para disfrutar del paisaje desde ángulos desconocidos hasta hace pocos años. Ahora, gracias a las nuevas pasarelas, se puede observar desde un lugar elevado cómo el cauce del río se ha ido abriendo paso y ha creado durante miles de años un estrecho en el que las rocas y su verticalidad cobran especial protagonismo. Así, siguiendo la margen del Guadalope, podemos acercarnos a Boca del Infierno y cruzar una zona agreste y pintoresca, totalmente inaccesible hasta el momento: el Estrecho de Valloré. El encanto de este segundo tramo se une al hechizo de la Hoz Mala. Y todo ello desemboca en los Órganos de Montoro, otra maravilla de la naturaleza.

Este proyecto, acariciado durante varios años, se ha hecho, por fin, feliz realidad. Solo faltaría mejorar la señalización y acondicionar más zonas de aparcamiento, tanto en el barrio de la Aldehuela como en las proximidades de la masada de La Puente. Hay que valorarlo como un nuevo impulso para el turismo en una zona castigada por la emigración y el vacío demográfico. Eso sí, es de esperar que estas iniciativas se complementen con algún proyecto industrial que fije población y cree nuevos puestos de trabajo. De momento, es un paso más para dar a conocer un paisaje oculto y olvidado. A raíz de esta ampliación del recorrido, han sido muchos los viajeros que durante esta Semana Santa se han desplazado a Aliaga y a Montoro, al igual que lo siguen haciendo desde hace muchos años al nacimiento del río Pitarque. El tiempo dirá si esta inversión ha valido la pena.

En este sentido, hay otros planes previstos para seguir impulsando turísticamente la localidad de Aliaga: la creación de una oficina de turismo y la restauración del castillo, el más extenso de la provincia de Teruel, adquirido recientemente por el Ayuntamiento. Las actuaciones más importantes en este enclave histórico son la consolidación de una de las torres, la mejora de los accesos y la creación de un museo donde se refleje la historia de la localidad, siempre vinculada al castillo, tal como se refleja en el escudo de la población. Nuevos proyectos y nuevas ideas para revitalizar el ámbito rural. Además, el municipio va a participar como expositor en la Feria Aragonesa de Turismo Aratur, del 12 al 14 de mayo. Otra oportunidad para promocionar el patrimonio natural, deportivo y cultural de Aliaga.