Opinión

Mª José Moreno, la mirada del cine aragonés

Este artículo voy a comenzarlo proponiéndoos un reto. Invito al lector a que vea cualquier cortometraje, película, serie de televisión o, más aún, obra de teatro,  en los que intervenga esta gran actriz y, tras mirarla a los ojos, trate de apartar su mirada de ellos.
Javier Mesa
photo_camera Javier Mesa

Este artículo voy a comenzarlo proponiéndoos un reto. Invito al lector a que vea cualquier cortometraje, película, serie de televisión o, más aún, obra de teatro,  en los que intervenga esta gran actriz y, tras mirarla a los ojos, trate de apartar su mirada de ellos.

Es imposible. No hay otra mirada igual en el Cine y Teatro aragonés que exprese tanto. Tanta rebeldía y descaro en “El aire de un crimen”; tanta sabiduría de la vida y carácter en su “Bernarda Alba” o en su reciente “La ridícula idea de no volver a verte”; tanta ternura de madre en “Nuestros amantes” o “Valiente”; tanto amor en “De tu ventana a la mía” o “Contigo” y así con un largo etcétera de actuaciones magistrales, que la han convertido en nuestra “gran Dama aragonesa” de la interpretación.

Y ni desde aquí se pretende que esta relación sea mínimamente exhaustiva, porque entonces deberíamos escribir un grueso libro, ni esta opinión es exclusiva de quien escribe estas líneas. Basta, para comprobarlo, hablar con cualquier profesional y no profesional del sector cultural y audiovisual aragonés. Todos, sin excepción, se deshacen en elogios sobre ella: su mirada, su porte, su voz, su elegancia y otros conceptos similares.

Por ello, fue un honor para la primera edición de 2012  de nuestro Daroca&Prisión Film Fest rendirle un merecidísimo Homenaje, nuestro y de todo Daroca. Mª José Moreno ya era profeta en su tierra y, desde entonces, también “en su tierra más cercana y querida”.

Sin embargo, y pese a contar con méritos más que sobrados para ejercer de “gran Dama del Cine y del Teatro” en Aragón, nunca ha ido de ese palo. Más bien al contrario. Y son incontables los trabajos en que ha colaborado desinteresadamente, por mero “amor al Arte”.

Precisamente, en esa misma edición de 2012, le propusimos interpretar a una monja en el sketch de comedia “H 2 bajo cero” que se iba a rodar en su honor en el Taller de cine del centro penitenciario. Y ella misma se encargó de conseguir el vestuario, que metió cuidadosamente en el maletero de mi coche cuando la recogí en Zaragoza para ir a Daroca. Pocos años más tarde volvería a “tomar los hábitos” por nosotros, esta vez en el Homenaje a nuestros queridos Carmen París y Antón García Abril.

En ese primer rodaje, ya nos pudimos dar cuenta del privilegio que era no sólo contar con su inestimable ayuda “para todo” sino también por el simple hecho de “estar junto a ella”. Aportando tranquilidad, profesionalidad, amabilidad y buen humor. Y este influjo fue aún mayor respecto a los internos del Taller, con quienes conectó inmediatamente.

Desde entonces, y ya han pasado 11 años, un pequeño grupo de internos de Daroca espera, ansiosamente, ese momento especial del año en el que durante dos semanas disfrutan del privilegio de ensayar un breve guión de comedia junto a ella.

Guiones e interpretaciones que cristalizan, bajo su sabia batuta, en obras admiradas por todos en nuestro Festival, público y estrellas homenajeadas. Y es que su sola presencia no sólo nos sirve a todos de inspiración sino que, además, consigue, casi sin proponérselo, sacar lo mejor de todos nosotros.

Gracias infinitas.