Opinión

Trabajo saludable

Recientemente, me ha llamado la atención un manifiesto titulado ¨Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable¨, firmado por una organización para mí desconocida hasta ese momento: ¨Iglesia por el Trabajo Decente¨ (ITD). En general, este movimiento está bajo la estructura de Cáritas Diocesana.

Recientemente, me ha llamado la atención un manifiesto titulado "Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable", firmado por una organización para mí desconocida hasta ese momento: "Iglesia por el Trabajo Decente (ITD)". En general, este movimiento está bajo la estructura de Cáritas Diocesana.

Según se denuncia en el manifiesto, en el año 2022 se produjeron en España, de acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, un total de 1.196.425 accidentes laborales, de los cuales 826 resultaron mortales, un 17,2% más que en 2021. Esto supone la muerte de más de dos personas al día.

Me parece importante poner el foco en la siniestralidad laboral en España y en el resto del mundo. Dentro de ese cómputo de accidentes laborales, 3.800 fueron siniestros graves y más de 631.000 causaron baja laboral. Según la citada organización, a nivel mundial se valora que, en el año 2020, originado por accidentes y enfermedades laborales, perdieron la vida 2,7 millones de personas.

A destacar, un aspecto que posiblemente no se valore adecuadamente. En las expuestas cifras, no se contemplan los accidentes producidos en el ámbito de la economía sumergida, de aquellos que trabajan sin contrato o se les paga en negro, y/o trabajadores a los que no se les ha diagnosticado una enfermedad laboral… ¿Estas circunstancias nos permite pensar… que existe el trabajo indecente?

Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo determinaron la celebración del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Este año 2023 se celebró el 28 de abril. Se pretende potenciar y trabajar hacia "un entorno laboral seguro y saludable, al constituir un principio y derecho fundamental del trabajador".

A la vista y lectura del citado manifiesto, automáticamente pensé en un artículo que escribí en julio de 2022 bajo el título "Empresas saludables". En concreto, las empresas saludables pretenden promover la salud y bienestar de los empleados e integrarla en el modelo de gestión empresarial. El promover la cultura de salud, tanto en personas como en la sociedad, para una mejor capacitación y facilitar el control sobre los determinantes de la salud, entiendo que es una inversión con retornos y rendimientos sociales y económicos.

Poniendo el foco en el absentismo laboral (no acudir al puesto de trabajo), según estudio de Randstad, durante el año pasado una media de 1.270.000 personas no acudió a su trabajo diariamente. Representa el 6,2% del total de trabajadores. De este porcentaje, el 4,8% representa a los trabajadores con baja IT (incapacidad transitoria) y el resto 1,4% sin justificar.

Según el citado estudio, el costo laboral medio asciende a 2.870 euros/empleado. Es fácil determinar el costo y pérdida que representa para las empresas, tanto en horas no trabajadas como en pérdida de productividad. El estudio de Randstad lo cuantifica en más de 3.642 millones de euros en el segundo semestre del 2022. Su comportamiento es muy desigual, tanto por sectores como por territorios.

Soy consciente de que el trabajo es para la vida, no la vida para el trabajo. Y que la dedicación al trabajo forma parte de un tercio de nuestra vida. De ahí la importancia del disfrute en nuestro trabajo. ¿Para cuántas personas nos ha supuesto la principal/única vía de ingresos familiares?

Y finalizo con la misma reflexión que en el artículo "Empresas saludables". El presente y el futuro de las empresas depende en gran medida de la formación y capacitación de sus empleados, de su motivación pero, sobre todo… de tener empleados sanos y a ser posible felices.