FRANCISCO JAVIER AGUIRRE. Escritor.
El próximo 30 de junio finaliza de forma oficial en España la Temporada de Fútbol 2022-2023. En ese atribulado y bullicioso ambiente suceden todo tipo de escarceos, algunos de los cuales son vergonzosos y otros sorprendentes. Entre los últimos, me ha llamado la atención la retirada triunfal del entrenador Javi Moreno que ha conseguido que el Tarazona ascienda al tercer nivel del escalafón, que se denomina algo así como Primera Federación.
No soy experto en la materia, ni jamás me he considerado hooligan, tifoso o hincha fervoroso de ningún equipo de fútbol, pero estoy al tanto porque es casi imposible evadirse de una información que ocupa tanto tiempo y espacio en los medios.
El gesto del citado entrenador me ha parecido inteligente. Se retira en plena gloria. A pesar de que más de un optimista augure un futuro pluscuamperfecto al mencionado club, no es probable, aunque no pueda asegurarse que imposible, que el próximo ascenso consecutivo sea a la segunda división, que ahora lleva un nombre comercial. No sería el primer caso de un paso sucesivo desde el cuarto nivel hasta el segundo. Incluso al primero, es decir la primera división con su correspondiente nombre comercial.
El experto me ha asegurado que la hazaña es improbable, pero no imposible. A base de cálculos y de historias paralelas, mi asesor pronostica dificultades para que el club ascienda de categoría de inmediato. Más bien, estima que le bastará con mantenerse en la que ha conseguido con el meritorio entrenador.
Lo mismo que yo, opina que ha tomado una decisión inteligente retirándose en pleno triunfo. No obstante, el tiempo dirá si ha acertado o no, porque cabría esperar, y repito que no sería el primer caso, que se dieran sucesivos ascensos de categoría dentro del atribulado y bullicioso mundo futbolístico.
Más de un zaragozano se desplazaría gozoso hasta el estadio del Tarazona para verlo pelear sucesivamente con el Real Madrid, el Real Betis, la Real Sociedad, el Real Mallorca y otros clubes de prosapia, tengan o no en sus denominaciones un cierto tufo monárquico, dada su improbable presencia en La Romareda enfrentándose al Real Zaragoza, que también lo tiene.