ARTURO-JOSÉ GONZÁLEZ ASCASO. Consultor y fotógrafo.
A las nuevas generaciones (no me refiero a las del PP) quizá les suene “a chino” (o más bien a japonés) una icónica serie de los años 70 del pasado siglo que amenizaba las sobremesas de los sábados: “Mazinger Z”. Héroes y villanos, la lucha del Bien contra el Mal; al referido Mazinger se unían, entre otros, su piloto Koji Kabuto, el doctor Infierno, el barón Ashler y la compañera de Koji: Sayaka Yumi y su inseparable Afrodita A. ¿Recuerdan?
Mazinger Z estaba creado para el combate terrestre, marítimo y, posteriormente, aéreo. Pero, la pobre Afrodita carecía de armamento. Hasta que, dadas las necesidades de ayudar a Mazinger en las batallas, incorporaron sendos misiles… en los pechos de la amazona fabricada con la Aleación Z. Cuando su compañero Koji gritaba aquello de ¡Puños fuera!, Sayaka hacía lo oportuno: ¡Pechos fuera!
Estamos asistiendo en estos días a una mala versión de tan famosa serie de animación. Primero, el caso de Rocío Saiz en Murcia; ahora, en su defensa, Eva Amaral. Una actuación en el Sonorama de Aranda de Duero recordada por el 25.º aniversario del dúo y por actuar en topless.
¿Realmente es necesario que una supuesta defensa de la mujer exija desvestirse en el escenario?
La defensa y la reivindicación de la Mujer no merecen tal acción. Existe algo que se llama Decoro y que va inserto en los Valores de la Sociedad; unos Valores que, desgraciadamente, hace tiempo que se están infravalorando e, incluso, perdiendo.
Si hace falta reivindicar los derechos de la Mujer quitándose ropa, ¿cómo será el defender los derechos del Varón? ¿Enseñar los testículos?
Estamos en un momento de la Sociedad en que se adjetiva a todo el que piensa diferente de la minoría. Lo dije en una reunión que tuve en Copenhague relacionado con un proyecto europeo sobre Empoderamiento de la Mujer. Comenté a mis compañeros europeos que, en España, yo era de lo peor; a saber: hombre, blanco, católico, hetero y español. Por lo tanto, soy machista, facha y pervertido. Ahora, supongo, soy de los que están llamando “ofendiditos”, por pensar diferente y creer que estas actuaciones denigran a la Mujer.
Menos mal que leo, escucho a mujeres que piensan igual que yo. Empezando por mi esposa, a la que adoro y lucho por su bienestar (y ella por el mío) y derechos; amigas y conocidas están en contra de esa actitud de pandereta razonando que esas “exhibiciones” sobre el escenario no las representan en absoluto.
Como decía la neurobióloga italiana Rita Levi-Montalcini, premio Nobel de Fisiología y Medicina, entre otros premios: “Las mujeres que han cambiado el mundo no han necesitado nunca mostrar otra cosa que su inteligencia”.
¡Ahí queda eso!