“Como zaragocista, si se hace la nueva Romareda, no pasará nada por quedarme un par de domingos en casa”. Con estas palabras, el consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, no ha descartado que el Real Zaragoza tenga que jugar “uno o dos partidos” fuera de La Romareda en el transcurso de las obras del nuevo estadio, aunque reconoce que es “incapaz de saberlo” sin conocer todavía las condiciones del pliego ni el proyecto de reforma.
En cualquier caso, el Ayuntamiento quiere tener listo un “plan B”, y, por ello, su “objetivo número 1” será tener preparada a tal efecto la Ciudad del Deporte que pactó con Podemos, y que incluía un estadio “intermedio” con unos 5.000 o 6.000 espectadores, para que el equipo no tenga que salir de Zaragoza. “El objetivo número 1 es que haya plan B en la propia ciudad, y eso es algo que usted y yo debemos tener resuelto”, ha afirmado Serrano en referencia al portavoz de Podemos, Fernando Rivarés.
No obstante, el consejero de Urbanismo también ha restado importancia a que el equipo tenga que jugar un tiempo fuera de su estadio, algo ya ha pasado en otras obras similares como la del Santiago Bernabéu o La Cerámica y que obligará al FC Barcelona a trasladarse a Montjüic. “Preferimos tener el campo que se merecen los aficionados del Zaragoza y los zaragozanos. Si eso se traduce en que hay que jugar un partido o dos, estoy convencido de que la gran masa social del club lo tolerará”, ha añadido.
Rivarés ha realizado esta pregunta para que Serrano aclare esta cuestión que dejó en el aire en una reciente entrevista, ya que supondría un “evidente incumplimiento” del acuerdo que cerró con Podemos. “Hago un permanente esfuerzo por creerle siempre y me preocupa que haya que ir a jugar a Huesca, Lérida, Pamplona o Logroño cuando había un acuerdo plenario para que eso no ocurriera”, ha señalado.
