“Zaragoza honra a sus defensores anónimos. Aquí enterrados por miles, víctimas de la guerra y la enfermedad, en Los Sitios que sufrió la ciudad en 1808 y en 1809”. Es la emotiva inscripción grabada en la escultura de bronce “Fosa Común”, monumento a los Héroes Anónimos de Los Sitios, que desde hoy, más de 210 años después, recuerda el lugar de enterramiento de miles de zaragozanos con motivo de la resistencia del pueblo ante la invasión francesa.
El monumento, obra escultórica del artista Jesús Gazol, está ubicado en el puente de Santiago esquina con el parque de Macanaz, justo enfrente de donde se encuentra el fosal de Los Sitios, donde yacen los cuerpos de las más de 10.000 personas que por enfermedad y acción de guerra fallecieron durante esa bélica época de Zaragoza en el siglo XIX.
“Hoy es un día histórico y muy especial porque el pueblo de Zaragoza rinde homenaje al pueblo de Zaragoza de hace más de dos siglos. Y lo hacemos gracias a la voluntad popular. El pueblo, los zaragozanos y las asociaciones son las que nos han pedido al Ayuntamiento que rindamos este homenaje y construyamos este monumento”, ha subrayado la vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández, tras depositar una corona de laurel a los pies del mismo.
Además, las distintas asociaciones, así como el resto de invitados presentes en el acto, han ido depositando claveles blancos y centros de flores junto a la escultura durante la inauguración.
“Tenemos que sentirnos orgullosos de ser herederos de esa nobleza, de ese valor, de esa rasmia de la que hacemos gala y que los miles de zaragozanos y combatientes que están enterrados en este suelo merecen el reconocimiento de esta maravillosa escultura de Jesús Gazol”, ha destacado Fernández.
UNA FOSA COMÚN QUE ACOGIÓ EN 1809 A MILES DE CADÁVERES TRAS LA CAPITULACIÓN
El monumento tiene como objetivo homenajear a personas anónimas que, durante Los Sitios, cayeron en la contienda y con la epidemia de tifus que asoló la ciudad, así como contribuir a dar a conocer la zona donde se encontró una fosa común que acogió en 1809 a miles de cadáveres tras el momento de la capitulación y que se ubicó en la salitrería de Macanaz.
La escultura es un alto relieve en bronce al silicio de primera calidad, cincelado y pátina natural al ácido, de 300 x 100 x 25 cm de tamaño y un espesor de 8 mm, colocada sobre un soporte de cemento.
La obra representa, según el artista, “el terror de la guerra a través de personajes que expresan el dolor, la angustia y la pérdida. La desnudez de los personajes transmite el anonimato y la soledad de la condición humana con la que todos nos enfrentamos de igual manera ante la muerte. La fusión de los cuerpos agolpados simboliza la solidaridad y la búsqueda de causas comunes ante la injusticia”.
La disposición agrupada de los personajes permite superar al individuo para trascender al sentido colectivo que simboliza la polis. Los aragoneses, como fervientes herederos de nuestras tradiciones griegas y romanas trascendieron de la muerte del individuo a la defensa de la ciudad como principio de libertad colectiva.
“Esta idea de lucha por este concepto sublime de libertad de todos viene plasmada en el conjunto de personajes aglutinados en la parte superior sobre la pieza de cemento que encarna el mapa de la ciudad en el momento en que tuvieron lugar los sitios de Zaragoza”, ha afirmado Gazol.