El Ayuntamiento de Zaragoza ha firmado esta semana dos conciertos dirigidos a la inclusión social de las personas vulnerables con escasa empleabilidad en el Casco Histórico y en el barrio Oliver. Para ello, se ha destinado un presupuesto de 1.650.000 euros anuales para un periodo de cuatro años, aunque puede ser prorrogable hasta los diez años.
En palabras de la consejera de Políticas Sociales del Consistorio, Marian Orós, estos conciertos van dirigidos a conseguir la inclusión de las personas entre 18 y 65 años que están “fuera del sistema” y se priorizará a quienes tengan menores a su cargo. Se trata de un “fortalecimiento”, ha dicho, de los programas que ya existían y que, según ha explicado, han alcanzado cifras de éxito por encima del 70 %. Así, el Ayuntamiento busca “dar estabilidad y futuro” a estos programas sociales.
Para la consejera de Políticas Sociales, existían dos problemas: el exceso de burocracia y la inestabilidad. Por ello, ha señalado que desde el Consistorio quieren “favorecer el acompañamiento de personas con altísima vulnerabilidad”. Orós ha detallado que, con el objetivo de que las personas vulnerables puedan tener una vida y trabajo “dignos”, también se va a dar formación en distintas materias, como jardinería, albañilería, electricidad o carpintería, entre otros. Habrá dos vías: una en la que sólo se dará acompañamiento y otra en la que se combinarán dos meses de formación con nueve de empleo.
El Ayuntamiento abrió una convocatoria pública y ambos conciertos se aprobaron en el último pleno. De este modo, el proceso de estos conciertos consta de dos pasos: primero se detecta el perfil vulnerable y se diagnostica su situación para posteriormente realizar un plan individualizado de integración.
“Las experiencias de éxito hay que mejorarlas y consolidarlas”, ha concluido Orós, en referencia a las políticas sociales.