Agotados, aunque con la satisfacción del trabajo bien hecho. Así es como este viernes regresan a casa los Bomberos de Zaragoza que marcharon el pasado domingo a Marruecos con la intención de atender la emergencia sanitaria que provocó el terremoto que devastó algunas zonas del país hace ya una semana y cuya cifra de fallecidos se eleva casi hasta los 3.000. Desde entonces, han trabajado toda la semana en pequeñas aldeas del Atlas, en la zona de Talat N’Yahoud, dentro de un convoy militar marroquí.
Solo en la última jornada, tal y como ha detallado el jefe de la expedición, Enrique Mur, se localizó a tres heridos de gravedad importante. “Una persona con una pierna muy comprometida, otra con una fractura en la zona maxilar y del pómulo y, por último, una niña de dos años y medio que tenía un traumatismo craneoencefálico extremo”, explica. Fue precisamente el cuerpo médico del dispositivo el que determinó que esta última debía ser trasladada de urgencia. “Dado que era de noche y no se podía hacer traslado en helicóptero, la porteamos. Hemos hecho un trayecto de varios kilómetros transportándola hasta que la hemos podido llevar a la ambulancia”, asegura.
Tras atender a numerosos heridos y evacuar a los más graves a los centros hospitalarios, los ocho efectivos desplazados, además de los dos perros de la unidad canina, han comenzado este viernes su regreso a España, ya que es un contingente de “primera intervención”. Ahora, otros efectivos tomarán el relevo de los Bomberos de Zaragoza para continuar ayudando y actuando sobre la zona más afectada.

VIAJE DE VUELTA
De nuevo, al igual que ya ocurrió en la ida, tienen un largo viaje de vuelta. Y es que hay que recordar que el trayecto lo realizarán por mar y tierra. Lo harán en los vehículos que llevaron hasta el país africano para poder desarrollar con mayor facilidad sus labores de rescate y atención de heridos.