El Ayuntamiento de Zaragoza ha impulsado la regulación de las plantas solares y de los parques eólicos en la ciudad. La nueva normativa veta este tipo de instalaciones en suelo productivo de regadío de la ciudad, pero garantiza que puedan crearse pequeñas instalaciones que sean para el autoconsumo de los ciudadanos.
A partir de ahora, las plantas fotovoltaicas y los parques eólicos de generación industrial podrán instalarse en suelo no urbanizable de secano tradicional, pero se prohibirá estas instalaciones en suelos de huerta de la capital aragonesa.
El responsable de Urbanismo, Víctor Serrano, ha explicado que el objetivo es “compatibilizar las instalaciones de generación de energía con los demás usos ordenados por el planeamiento, evitando especialmente que disminuya la capacidad de producción de alimentos en los suelos agrícolas periurbanos”.
La modificación prohibirá en los suelos de regadío las instalaciones fotovoltaicas y eólicas no destinadas al autoconsumo. Mientras que las instalaciones destinadas al autoconsumo se admitirán, como en el resto de la ciudad, con un límite máximo de la potencia eléctrica instalada de 25 kW por vivienda, que podrá crecer si da servicio a las actividades de locales comerciales, oficinas o residencias comunitarias emplazadas en el mismo edificio, que deberán justificarse en cada caso. El objetivo es que no puedan convertirse en una gigantesca planta fotovoltaica.
Aun así, también se regulará la distancia entre los suelos urbanizados y los parques eólicos o fotovoltaicos para evitar molestias e interferencias mutuas. Entre las zonas que incluyen el uso de vivienda y estas instalaciones habrá una distancia mínima de 750 metros, si bien en el caso de los parques eólicos la distancia mínima pueda ampliarse hasta los 1.000 metros si un estudio acústico así lo aconseja.