La situación del museo empeoró mucho durante la pandemia
La complicada situación del Museo del Origami: con deudas y a la espera de un nuevo convenio

El Museo del Origami de Zaragoza es la única muestra a nivel mundial de papiroflexia. Abrió hace ocho años y por sus pasillos han pasado casi 200.000 personas. Ahora se enfrenta a una situación económica complicada. Por un lado, tiene deudas con el Ayuntamiento ya que no pudieron pagar el canon mensual de 1.500 euros establecido en el convenio con el consistorio. Por otro, el museo está a la espera de que se les diga cuál es la cantidad total que deben para saldar la deuda y buscar un nuevo convenio que les permita seguir abriendo sus puertas.

“Hubo un momento en el que las cuotas a pagar eran insostenibles teniendo en cuenta los ingresos que teníamos. El primer año que abrió el museo estábamos exentos del pago y pensamos que quizás si llegaban patrocinadores o empresas interesadas podríamos hacerle frente. Pero nos dimos cuenta de que las colaboraciones no llegaban y, por tanto, nos vimos que no podíamos pagar. Ahora hemos tenido bastantes reuniones con el Consistorio para que nos digan exactamente cuál es la cantidad a pagar y así poder abonarlas y buscar un nuevo convenio”, ha asegurado este martes el director del museo, Jorge Pardo.

El mantenimiento del Museo del Origami de Zaragoza costaría unos 175.000 euros anuales contando con toda la parte expositiva, los trabajadores, los talleres que realizan para escolares y el traslado de esas exposiciones a otros lugares. Esta es una propuesta que la dirección del museo ha hecho al Ayuntamiento para un posible convenio.

Desde el grupo municipal del PSOE esperan que “el Ayuntamiento apueste por la cultura y por un museo que es un referente mundial y que pone a Zaragoza en el mapa”, ha reconocido la portavoz socialista, Lola Ranera, quien ha comparado el coste del mantenimiento del museo con el de otros servicios públicos como piscinas y pabellones alegando que “el coste se compensa con la regresión que tiene”.

Un referente mundial afectado por la pandemia

Embajadores de Japón y otros países asiáticos han pasado por el Museo de Origami de Zaragoza. Sus exposiciones han sido valoradas alrededor del mundo y los mejores artistas expertos en el arte del papel exponen allí. Su parte expositiva es importante, pero también los talleres y clases que se dan a los escolares y a todo aquel que esté interesado.

Todo esto se acabó durante los 18 peores meses de la pandemia en los que el museo tuvo que cancelar todas las reservas de los talleres que estaban completos en febrero y marzo. “Los ingresos por venta de entradas cayeron drásticamente y todavía hoy nos estamos recuperando poco a poco. Conseguimos sobrevivir porque algunos trabajadores estamos en ERTE y gracias a eso no tuvimos que cerrar”, ha asegurado el director del museo.

A la espera de conocer la cuantía a abonar, desde el museo cuentan que la “situación ideal” para remontar sería “una colaboración entre lo público y lo privado, con una gestión nuestra pero más apoyo por parte de la ciudad”, han asegurado.

Por su parte la portavoz socialista ha mostrado su “apoyo total” por el Museo de Origami en tanto que es una apuesta por la cultura y por “ubicar a Zaragoza en el mapa”. Por ello, ha determinado que hay que “normalizar la situación económica y jurídica” del museo y formalizar un convenio sopesando que los costes tienen una gran reversión en cultura y visibilidad.

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